Mientras un pequeño pueblo andaluz acaba de borrar a Franco de su nombre, otras seis localidades en España siguen desafiando la Ley de Memoria Democrática del 2022, sin multas ni voluntad política para cambiar.
Villafranco del Guadalhorce se ha convertido oficialmente en Villa del Guadalhorce, eliminando su homenaje al dictador.
El cartel del pueblo ya había sido repintado antes (imagen: 101tv.es)
Pero en otros lugares, como Llanos del Caudillo, Alberche del Caudillo o San Leonardo de Yagüe, el pasado sigue muy presente.
Estos nombres no son sutiles.
Rinden tributo directo a Franco, sus generales o figuras clave del movimiento fascista, como Mola, Yagüe o Onésimo Redondo, fundador de las JONS, un grupo fascista de los años 30 que luego se fusionó con la Falange Española.
Según la ley española, estos homenajes, ya sea en nombres de pueblos, calles o edificios públicos, son ilegales.
La norma permite multas de hasta 10.000€ y obliga a las autoridades locales a eliminarlos.
¿Y hasta ahora? Ni multas, ni un catálogo de símbolos prohibidos. Nada.
En la mayoría de los pueblos no hay movimiento para cambiar los nombres, básicamente porque los ayuntamientos no lo ven prioritario.
La excepción parcial es Alberche del Caudillo, que inició un proceso de cambio antes de las elecciones del 2023, pero lo pausó esperando la lista nacional de nombres prohibidos… que aún no llega.
Mientras, Villa del Guadalhorce (antes Villafranco) demuestra que el cambio es posible.
Solo hace falta una votación, un poco de valor político y dejar atrás la nostalgia de la dictadura.
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