Las ruinas arqueológicas de La Picola en Santa Pola serán restauradas con una nueva financiación.
Crédito: Ayuntamiento de Santa Pola
En un gran impulso para el patrimonio y el turismo, el Ayuntamiento de Santa Pola ha recibido 1.253.680 euros del Ministerio de Industria y Turismo de España para rehabilitar el Yacimiento Arqueológico de La Picola.
Esta subvención forma parte de un esfuerzo nacional por conservar los bienes culturales sostenibles – y para Santa Pola, supone una oportunidad única para devolver al primer plano uno de sus tesoros arqueológicos más significativos.
Excavando en el Pasado
La Picola no es unas ruinas cualesquiera. Declarada Bien de Interés Cultural (BIC) como “Zona Arqueológica”, abarca siglos de historia – desde un asentamiento íbero fortificado hasta una factoría de salazón romana y almacenes. Las excavaciones han revelado una rica secuencia de estructuras: una muralla defensiva, espacios domésticos de época augústea, edificios de almacenaje de los siglos II al IV d.C., e incluso una cetaria romana donde se producía garum (una preciada salsa de pescado antigua).
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Un Plan para el Futuro
Con la nueva financiación, el proyecto se centrará en restaurar, consolidar y musealizar el yacimiento. Los planes incluyen la creación de itinerarios visitables accesibles, paneles interpretativos y exposiciones digitales, todo diseñando con sostenibilidad y eficiencia energética en mente. Arquitectos locales, en colaboración con Alebus Patrimonio Histórico y bajo la supervisión científica del INAPH de la Universidad de Alicante, liderarán la iniciativa.
La Picola funcionará además como espacio externo del Museo del Mar de Santa Pola, integrando la narrativa arqueológica con el patrimonio marítimo más amplio de la localidad.
Su Importancia para Santa Pola
No se trata solo de excavar ruinas – es una cuestión de identidad, educación y desarrollo sostenible. Al restaurar La Picola, Santa Pola fortalece su oferta cultural, realza su atractivo turístico y subraya su compromiso con la preservación de la historia para las futuras generaciones.
El proyecto se alinea, además, con la Agenda Urbana 2030 del municipio, reforzando objetivos como el turismo accesible, la protección del patrimonio y la vitalidad local.
En Conclusión
Gracias a esta inversión significativa, Santa Pola está en disposición de convertir La Picola en una parte dinámica y viva del pasado – un lugar donde tanto residentes como visitantes puedan pasear entre las piedras y las historias de íberos y romanos. Es un paso adelante para el patrimonio, la educación y la comunidad local – y un recordatorio de que la historia importa, no solo por lo que nos dice sobre el pasado, sino por como moldea nuestro futuro.
