Pedro Sánchez, el político que prometió limpiar la corrupción, ahora está envuelto en múltiples escándalos
Siete años después de llegar al poder desbancando a los conservadores, acusados de corrupción, Pedro Sánchez lucha por su carrera política mientras su partido, el PSOE, enfrenta investigaciones por presuntos sobornos.
El 12 de junio, un Sánchez pálido se disculpó con los españoles tras filtrarse grabaciones donde Santos Cerdán, secretario del PSOE, hablaba supuestamente de comisiones por contratos públicos. Aunque Sánchez no está directamente implicado, la oposición exige su dimisión.
Cerdán, el tercero en la jerarquía del partido, renunció y comparecerá ante el Supremo el 25 de junio. Él insiste en su inocencia.
La investigación también afecta a José Luis Ábalos, exministro de Transporte, y a Koldo García, su asesor. Los tres niegan cualquier delito.
Ábalos ya había dañado al gobierno, pero su salida en 2021 lo alejó de Sánchez. Sin embargo, el caso de Cerdán es peor: Sánchez lo defendió públicamente y lo consideraba un aliado clave, especialmente en pactos con independentistas catalanes.
Aunque admitió que "no debió confiar" en Cerdán, Sánchez insiste en seguir hasta 2027. En una carta a los militantes, pidió perdón pero afirmó: "Hay problemas reales—sanidad, vivienda, empleo—que merecen lucha, no linchamientos mediáticos."
La oposición, sin embargo, ve esto como prueba de un sistema corrupto. Además, la esposa de Sánchez, Begoña Gómez, está investigada por irregularidades empresariales, su hermano David será juzgado por tráfico de influencias, y el fiscal general podría enfrentar un juicio por filtrar datos confidenciales. Todos niegan los cargos.
Sánchez alega que estos casos son una campaña del PP, Vox y medios conservadores. Pero en el Congreso, los diputados gritaban "¡Dimisión!", y Feijóo lo llamó "un lobo que lidera una manada corrupta."
Expertos como Paco Camas (Ipsos) creen que dimitir sería "suicidio político" para el PSOE, pues llevaría a elecciones con ventaja para la derecha. Incluso García-Page, socialista de Castilla-La Mancha, advirtió que "no hay salida digna."
De momento, Sánchez mantiene su frágil mayoría con aliados independentistas, aunque el escándalo los tiene furiosos. Aprobando los presupuestos de 2026, quizá gane tiempo. Pero si salen más pruebas, todo podría derrumbarse.
Mientras viaja a la cumbre de la OTAN, Sánchez llega con dudas sobre su futuro y presión para aumentar el gasto militar. Aunque prometió un 2% del PIB, rechaza subirlo al 5%, llamándolo "irrazonable y contraproducente."
Reuters
La esposa de Sánchez, Begoña Gómez, está siendo investigada, y su hermano irá a juicio este año.
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