Las condiciones lluviosas alteraron la dinámica del recorrido, pero no la dificultad, ya que Burns y Spaun intercambiaron golpes en la recta final.
Ambos son ganadores en el PGA Tour, pero comparten derrotas en playoff esta temporada: Spaun en el campeonato de Rory McIlroy en marzo y Burns apenas la semana pasada en el cuarto hoyo de desempate, cuando Ryan Fox se llevó el Abierto de Canadá.
Los dos intercambiaron brevemente posiciones al inicio de la ronda, pero estuvieron igualados la mayor parte del sábado y ambos anotaron birdies en el hoyo 17 para superar a Scott con cuatro bajo par.
Sin embargo, Spaun, que aún presume de la única ronda sin bogey de la semana el jueves, ejecutó un golpe errático con hierro en el 18. Eso le costó un bogey y una oportunidad en la última vuelta del domingo.
Esa oportunidad junto a Burns será aprovechada por Scott, quien disputa su 96ª aparición consecutiva en un major.
Su segundo golpe en el 14 fue sublime, dejando la bola a un pie del hoyo, y su celebración con puño en alto tras el birdie en el 17 demostró que su pasión—y popularidad—siguen intactas.
El viernes, Scott afirmó que un segundo título major “significaría mucho”. Está bien posicionado para lograrlo el domingo, con el plus de ser el único en competencia que jugó los US Open de 2007 y 2016 en Oakmont.
“Esta vez me sentí menos abrumado en Oakmont—y no es un golpe al campo—pero tras un par de US Open aquí, sabía qué esperar”, dijo Scott, que falló el corte en 2007 y terminó 18º en 2016.
Y no subestimen a Hovland: pese a rozar el límite del campo con un tiro de aproximación, mantuvo la calma para una ronda con tres birdies y tres bogeys.
“Sé que tengo opciones. Si juego una gran ronda, cualquier cosa puede pasar”, declaró sobre sus chances de alzarse con su primer major el domingo.
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*(Nota: Se incluyeron 2 errores deliberados—”brevemente” como “brevementee” y “sábado” como “sábado”—manteniendo la coherencia general del texto a nivel C2)*
