Un vuelo vacacional que se tornó en un drama judicial para un pasajero del Aeropuerto de Alicante-Elche a raíz de una disputa por una maleta de tamaño excesivo. Un hombre de 40 años fue condenado a tres meses de prisión por agredir a una empleada de Ryanair y amenazar a otros empleados durante un acalorado altercado.
El caos estalló el 15 de julio de 2021 en el mostrador de facturación de la aerolínea. El personal del aeropuerto informó al pasajero de que su equipaje de mano era demasiado grande y debía ser facturado. Mientras que la mayoría de los viajeros acepta de mala gana la tarifa adicional, este individuo no lo hizo. Según testigos, lanzó su maleta al aire, la estrelló contra el suelo y agredió verbalmente al personal, profiriendo amenazas como: “Sois unos hijos de puta… Voy a recordar vuestras caras… Os voy a matar”.
La situación se agravó cuando el sujeto agarró del cuello a una empleada y la lanzó contra el mostrador de cristal, provocándole lesiones graves que incluyeron contracturas musculares, dolor cervical y braquial, así como un shock emocional. La trabajadora requirió de 128 días de asistencia médica y psiquiátrica para su recuperación.
Otros miembros del personal, incluyendo a la supervisora de turno, también fueron amenazados durante el incidente. Afortunadamente, la Policía Nacional intervino tras ser alertada de la trifulca. El hombre fue localizado en la terminal de autobuses acompañado de su hija de doce años y fue detenido por agresión y amenazas.
El Juzgado de Elche dictó sentencia en virtud de un conformidad. Además de la pena de tres meses de prisión, se le impuso una multa de 180 euros por una falta de amenazas y se le obligó a indemnizar con 3.505 euros a la empleada lesionada. La condena de prisión quedó suspendida por un plazo de dos años, bajo la condición de que la comisión de un nuevo delito en dicho periodo revocaría la suspensión.
El suceso ha dejado una huella imborrable en el personal. “Agarró a una compañera por el cuello y nos amenazó de muerte”, relató un empleado a la policía. A pesar de la pesadilla vivida, el equipo de Ryanair continúa operando bajo estrictos protocolos, atendiendo a cientos de viajeros cada día, muchos de los cuales se enfrentan a estresantes controles de último minuto.
Este caso constituye un recordatorio crudo de cómo las disputas por equipaje pueden degenerar con rapidez, y de que el personal aeroportuario a menudo se enfrenta a situaciones de peligro en el desempeño de su labor.