En cuanto la tormenta azotó Palma esta mañana, supe que el taxi que había reservado ayer, miércoles, para una cita médica llegaría tarde. Mi cita era a las 9:10 y pedí el taxi para las 8:30 por el tráfico matutino (no por los coches de alquiler).
Sin embargo, debido a la tormenta, el taxi no apareció hasta las 9, para entonces ya había llamado a la clínica, expliqué mi situación y pedí otra cita. Además, recibí una llamada de la empresa de taxis de Palma culpándome por no cancelar la reserva.
Intenté hacerles ver que, primero, deberían disculparse por no haber llegado a la hora acordada; sabían mi destino, así que obviamente lo necesitaba por un motivo importante. Pero no, me soltaron un sermón y no es la primera vez que los taxis de Palma me fallan.
Siempre es lo mismo: cuando hace mucho calor o llueve torrencialmente, el servicio de taxis colapsa y se sume en el caos. Claramente no pueden con ello, sin importar la época del año, así que no se puede culpar a los turístas. Dicho esto, espero que ningún visitante haya perdido un vuelo por culpa de esto.
