Jonathan Head
Corresponsal del Sudeste Asiático
Getty Images
La vicepresidenta Sara Duterte enfrenta un juicio de destitución en el Senado
A medida que el ruido y el color de una campaña electoral de dos meses se desvanece, un juego de tronos entre las dos familias más poderosas de Filipinas se reanuda.
El presidente Ferdinand “Bongbong” Marcos Jr. y su vicepresidenta, Sara Duterte, están inmersos en una amarga disputa y una batalla por el poder.
Como aliados, ganaron una victoria aplastante en las últimas elecciones presidenciales en 2022.
Pero a medida que su relación se ha fracturado, él la acusa de amenazar con asesinarlo, ella lo acusa de incompetencia y dice que soñó con decapitarlo, estas elecciones de mitad de período se han convertido en un barómetro crítico de la fuerza de estas dos dinastías políticas.
Y los resultados no fueron buenas noticias para el campo de los Marcos. Normalmente, los presidentes en funciones en Filipinas logran que la mayoría de sus candidatos al senado sean elegidos en las elecciones de mitad de período. El poder del patrocinio presidencial es una ventaja significativa, al menos lo ha sido en el pasado.
Pero no esta vez.
Solo seis de los doce senadores ganadores son de la alianza de los Marcos, y de esos, uno, Camille Villar, solo está medio en su campo, ya que también aceptó el respaldo de Sara Duterte.
Cuatro de los senadores están en el campo de los Duterte, incluida la hermana del presidente, Imee Marcos. Dos estaban entre los tres primeros ganadores de votos, por delante de cualquier candidato de Marcos.
Para un presidente en funciones, este es un mal resultado.
Los senadores son elegidos por voto simple en todo el país, lo que es una buena indicación de la opinión nacional. El resultado podría debilitar la autoridad de la administración de Marcos en los últimos tres años de su mandato y arroja dudas sobre el plan de incapacitar a Sara Duterte destituyéndola.
La relación Marcos-Duterte ha ido deteriorándose casi desde el inicio de su administración hace tres años. Pero fue solo este año que se rompió por completo.
La decisión de los aliados del presidente en el Congreso de comenzar el proceso de destitución de la vicepresidenta fue la primera brecha irreparable.
Luego, en marzo, el presidente Marcos envió al padre de Sara, el ex presidente Rodrigo Duterte, a la Corte Penal Internacional para enfrentar cargos de crímenes contra la humanidad por su brutal guerra contra las drogas. La policía también ha presentado cargos penales contra ella.
Los guantes se quitaron. La destitución resultaría en que Sara Duterte sea inhabilitada para ocupar un cargo público, poniendo fin a su ambición de reemplazar al presidente Marcos en las próximas elecciones.
En este momento, ella es la favorita, y pocos dudan de que, si tiene éxito, usaría el poder de la presidencia para buscar venganza contra los Marcos.