Restaurante Azul, Hotel Tikar – Euro Weekly News

El Restaurante Azul es una joya oculta. Crédito: Hotel Tikar

Patrocinado

Existen sitios donde uno simplemente come, y luego están aquellos en los que se deleita y disfruta de una verdadera experiencia culinaria. El Restaurante Azul, en el Hotel Tikar, pertenece indudablemente a este segundo grupo. Traspasar sus puertas no se asemeja a entrar en un comedor de hotel cualquiera, sino más bien a ser recibido en un retiro silencioso y tranquilo donde se ha reflexionado detenidamente sobre cada plato, cada maridaje, cada detalle.

Lo Más Leído en Euro Weekly News

La carta es deliberadamente concisa —un grato cambio frente a las interminables listas de algunos restaurantes locales—. La cena comienza con una elección de entrantes estacionales y llenos de personalidad. La Sopa de Marisco es sedosa, profundamente sabrosa y rebosante de trozos tiernos que hablan de la herencia pesquera de Garrucha. La templada ensalada de pato, naranja y nueces es otro plato destacable, con su acidez cítrica equilibrando la riqueza del confit de pato. Hasta los humildes espárragos, a la plancha con orégano, tomate y parmesano, resultan elegantes en su simplicidad.

Los platos principales destacan la habilidad de la cocina para equilibrar el confort con la sofisticación. El salmón con costra de almendras llega en su punto exacto de cocción, su delicada corteza cede para revelar una carne jugosa, mientras que una sedosa crema de limón y puerro integra el conjunto a la perfección. Para los amantes de la carne, la pierna de cordero estofada lentamente con salsa de tempranillo es un auténtico triunfo: tiernísima, con una salsa tan rica y aromática que uno se ve obligado a empapar cada última gota con pan. La pechuga de pollo rellena de mousse de Roquefort ofrece un guiño a la técnica francesa, y los vegetarianos agradecerán los calabacines rellenos coronados con Gruyère, que demuestran que una comida sin carne puede ser igual de indulgente.

LEAR  El timo del aeropuerto de Lisboa

Los postres merecen su propia ronda de aplausos por ser elaborados artesanalmente. La tarta de limón casera es una revelación: brillante, ácida y con el punto justo de dulzur. El tiramisú es estratificado y voluptuoso, mientras que la tarta de zanahoria casera se siente como un abrazo en forma de postre. El sorbete de mango mantiene el final dulce estacional y refrescante.

El servicio es atento pero nunca intrusivo, de esa clase que te hace sentir cuidado sin sentirse apresurado. Los amantes del vino apreciarán la bodega, cuidadosamente seleccionada, con botellas elegidas para complementar la comida sin llegar a eclipsarla.

A un precio de 29,50€ por un menú de tres platos, el Restaurante Azul ofrece una de las experiencias gastronómicas más refinadas de Garrucha sin caer en la pretensión. Es un lugar donde se puede uno demorar, conversar y disfrutar de una comida que se siente elaborada artesanalmente, no simplemente cocinada. El Restaurante Azul es un recordatorio de que un restaurante pequeño y gestionado con esmero puede ser el punto culminante de una velada.

Con apenas un puñado de mesas, un servicio esmerado y un entorno ajardinado de lo más apacible, el Restaurante Azul es una auténtica joya oculta. Para aquellos que busquen una cena sofisticada pero sin pretensiones, el Hotel Tikar ofrece una experiencia que aúna la alta cocina con la calidez de un establecimiento familiar.

El Restaurante Azul del Hotel Tikar ofrece servicio de comedor de martes a viernes, cena de miércoles a sábado, y Tikar Tapas las tardes de los sábados.

Se recomienda realizar reserva.