El icónico Castillo de San Miguel de Almuñecar está recibiendo una necesitada puesta a punto tras el derrumbe de un tramo de su muralla oriental acaecido a principios de este mes.
El ayuntamiento ha iniciado obras de urgencia, destinando una inversión de 25.000 euros para estabilizar el sector más frágil, que ya se había visto resentido por las fuertes lluvias del pasado mes de marzo.
El alcalde Juan José Ruiz Joya, acompañado por los concejales de Cultura y Patrimonio, Alberto García Gilabert, y de Obras Públicas, Francisco Rodríguez, inspeccionaron el lugar la semana pasada. “El mantenimiento del castillo es una tarea continua que no puede detenerse si queremos garantizar su preservación, puesto que estamos hablando de uno de los grandes emblemas de Almuñécar”, afirmó el regidor.
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La intervención no ha estado excenta de complejidad. Como recordó García Gilabert, San Miguel está declarado Bien de Interés Cultural, lo que implica que cualquier actuación requiere una minuciosa planificación y la máxima protección patrimonial.
Paralelamente a los trabajos de ingeniería, se está desarrollando una fascinante labor arqueológica. Manuel Pérez Asensio, especialista en arquitectura medieval, dirige el estudio junto a la arqueóloga municipal Elena Navas Guerrero. “La investigación está arrojando resultados sorprendentes, que subrayan el papel clave que desempeñó San Miguel en la defensa del Reino de Granada, desde la época musulmana hasta la modernidad”, explicó Navas.
Los trabajos se ajustan a las directrices del Plan Director de Restauración del castillo y se prevé que finalicen durante la primera semana de octubre. Para Almuñecar, no se trata solo de reparar piedras, sino también de salvaguardar la historia.
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