Resorte de golf utilizó agua de humedal protegido

Según Agró, CHG ha estado extrayendo agua de esta fuente desde la inauguración del complejo en 1995. Créditos: Lilrizz / Creative Commons

Golf de Oliva Nova usa aguas subterráneas protegidas sin autorización

Un reciente informe revela que el resort Oliva Nova Golf lleva 30 años regando su campo con agua potable procedente del humedal protegido Marjal de Pego-Oliva —sin los permisos requeridos.

El escándalo surge mientras Acció Ecologista-Agró presenta objeciones formales a la solicitud de Construcciones Hispano Germanas (CHG) para legalizar el uso del pozo Ullalet, ubicado cerca del parque natural, con fines de riego. Según Agró, CHG ha explotado este recurso desde 1995, violando la Ley de Aguas de España.

Pruebas irrefutables y usos cuestionables

Un documento de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) confirma que el campo se riega mediante una estación de bombeo cerca del lago entre los hoyos 1 y 7, la cual recibe agua directamente del pozo Ullalet. El mismo informe señala que instalaciones deportivas del Oliva Sports Centre ocupan terrenos originalmente destinados a cultivos cítricos, que sí tenían derechos hídricos.

Agró denuncia una “clara violación” de la normativa, ya que el agua concedida para agricultura no puede destinarse a ocio sin autorización. “Cabría preguntarse”, cuestionan, “qué ha fiscalizado la CHJ en 30 años. ¿Hubo sanciones?”

Advertencias ignoradas y alternativas desaprovechadas

Ya en 2002, la Universidad Politécnica de Valencia alertó que el campo debía regarse con aguas residuales tratadas. “Es inaceptable extraer agua del manantial Bullent —crucial para los humedales— solo para mantener un campo de golf”, escribieron los investigadores.

Oliva Nova cuenta con siete plantas depuradoras, pero solo una está considerada para riego terciario. “¿Por qué no las demás?”, exigen los ecologistas.

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Un acuífero en crisis y décadas de negligencia

Agró también alerta sobre el estado crítico del acuífero local. Desde 2015, los documentos oficiales lo clasifican en “mal estado cuantitativo”, situación que persiste según datos preliminares para 2028-2033.

El caso evidencia no solo la irresponsabilidad del resort, sino décadas de inacción institucional.

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