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Los residentes ucranianos dicen que la forma en que Rusia quiere que el mundo vea Mariupol es muy diferente de la realidad.
"Lo que muestran en la televisión rusa son cuentos para tontos. La mayoría de Mariupol sigue en ruinas", dice John, un ucraniano que vive en Mariupol ocupada por Rusia. Hemos cambiado su nombre por miedo a represalias de las autoridades rusas.
"Están reparando las fachadas de los edificios en las calles principales, donde llevan cámaras para grabar. Pero a la vuelta de la esquina, hay escombros y vacío. Mucha gente sigue viviendo en apartamentos medio destruidos, con las paredes a punto de caer", cuenta.
Han pasado poco más de tres años desde que Mariupol fue tomada por las fuerzas rusas después de un asedio brutal y bombardeos indiscriminados, un momento clave en los primeros meses de la invasión total de Ucrania. Miles murieron, y la ONU estimó que el 90% de los edificios residenciales fueron dañados o destruidos.
En los últimos meses, videos de influencers prorrusos muestran una ciudad renovada, con estructuras reparadas y vida normalizada.
Pero la BBC habló con más de media docena de personas, algunas aún en Mariupol, otras que escaparon tras vivir bajo ocupación, para reconstruir la realidad de la ciudad.
"Hay muchas mentiras circulando", dice Olha Onyshko, de 66 años, que escapó el año pasado y ahora vive en Ternopil.
"No diría que [las autoridades rusas] han reparado mucho. Hay una plaza central donde solo reconstruyeron los edificios. También hay espacios vacíos donde antes había construcciones. Limpiaron los escombros, pero ni siquiera separaron los cuerpos de los muertos; los cargaron en camiones con los restos y los sacaron de la ciudad", agrega.
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Después de destruir Mariupol, Rusia dice que ahora la está reconstruyendo.
La ciudad también enfrenta escasez severa de agua.
"El agua sale un día o dos, luego no hay por tres días. Guardamos cubetas y latas en casa. El agua es tan amarilla que, incluso hirviéndola, da miedo tomarla", dice James, otro residente cuyo nombre fue cambiado. Algunos dicen que el agua parece "coca cola".
Serhii Orlov, que se autodenomina alcalde adjunto en el exilio, explica que el canal que abastecía a la ciudad fue dañado durante los combates.
"Solo quedó un reservorio. Para la población actual, eso habría durado un año y medio. Como la ocupación lleva más tiempo, ya no hay agua potable. El agua que usan ni siquiera cumple los estándares mínimos", dice Serhii.
También hay cortes de luz frecuentes, la comida es cara y los medicamentos escasean.
"Los medicamentos básicos no están disponibles. Los diabéticos no consiguen insulina a tiempo, y es carísima", comenta James.
La BBC contactó a las autoridades rusas en Mariupol para preguntar sobre las denuncias, pero no hubo respuesta.
Lo más difícil, dicen los residentes, es ver lo que enseñan a los niños en las escuelas.
Andrii Kozhushyna estudió un año en Mariupol ocupada antes de escapar a Dnipro.
"Enseñan información falsa y propaganda. Los libros dicen que Donetsk, Luhansk, Járkov, Zaporiyia, Jersón, Odesa, Crimea e incluso Dnipropetrovsk ya son parte de Rusia", explica.
También hay clases llamadas "Conversaciones sobre cosas importantes", donde enseñan que Rusia "liberó" a los hablantes de ruso de los nazis en 2022.
"Los maestros que se niegan son intimidados o despedidos. Es como reprogramar la mente de nuestros hijos", dice John.
En las celebraciones del Día de la Victoria en mayo, se vieron niños y adultos disfrazados en desfiles, reviviendo tradiciones soviéticas abandonadas por Ucrania.
Pero algunos ucranianos resisten en secreto: pintan los colores azul y amarillo en las paredes y pegan pancartas con mensajes como "Liberen Mariupol".
James y John son parte de grupos de resistencia, como lo fue Andrii.
"Los mensajes son apoyo moral para nuestra gente, para que sepan que la resistencia sigue viva", dice James.
Su objetivo principal es recolectar inteligencia para el ejército ucraniano.
"Documento movimientos militares rusos: transporte de armas, soldados, equipos en zonas industriales. Tomo fotos en secreto y las envío por canales seguros", explica.
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Rusia ha cambiado el idioma, las banderas y la señalética en la ciudad ocupada.
A veces, los resistentes sabotean operaciones civiles o militares. En dos ocasiones, la línea ferroviaria fue interrumpida al quemar cajas de señalización.
Es arriesgado. Andrii huyó cuando descubrió que lo habían delatado. "Quizá un vecino me traicionó". Getty Images
"Pero una ves estaba en una tienda comprando pan y vi a un soldado mostrando mi foto al cajero, preguntando si sabían quién era esa persona," dijo.
Se fue inmediatamente, esquivando los puestos de control de Mariúpol y luego viajando por varias ciudades en Rusia y Bielorrusia, antes de entrar a Ucrania por el norte.
Para los que aún están en la ciudad, cada día es un reto.
"Cada día borras tus mensajes porque pueden revisar tu teléfono en los controles. Tienes miedo de llamar a tus amigos en Ucrania por si están escuchando," dice James.
"A una persona de una casa vecina la arrestaron en la calle porque alguien denunció que supuestamente pasaba información al ejército ucraniano. Tu vida es como una película: tensión constante, miedo, desconfianza," añade.
Mientras continúan las negociaciones entre Ucrania y Rusia, algunos dentro y fuera del país sugieren que Ucrania debería ceder territorio a cambio de paz.
"Ceder territorio por un ‘acuerdo con Rusia’ sería una traición. Docenas arriesgan su vida cada día para pasar información a Ucrania, no para que un diplomático en traje firme un papel que nos ‘entregue’," dice John.
"No queremos ‘paz a cualquier precio’. Queremos liberación."
Información adicional de Imogen Anderson, Anastasiia Levchenko, Volodymyr Lozhko y Sanjay Ganguly
