En un mundo que a menudo olvida los placeres simples, *The Golden Spurtle* llega como un plato caliente de avena, reconfortante y lleno de encanto. Este documental del 2025, dirigido por Constantine Costi, nos lleva a un pequeño pueblo escocés llamado Carrbridge durante lo que será el último Campeonato Mundial de Hacer Gachas, liderado por el experto que se jubila, Charlie Miller. Lo que podría haber sido solo un concurso tonto sobre hacer el desayuno se convierte en un homenaje sincero a la comunidad, la tradición y el esfuerzo bonito y divertido que los humanos ponen en sus pasiones.
La película muestra principalmente la preparación detrás de escena para la competencia del 2023, donde personas de todo el mundo—desde Sydney hasta Zimbabwe—vienen a este pequeño pueblo para competir por el brillante “golden spurtle”, una cuchara de madera especial que simboliza las mejores gachas. Vemos carpas levantándose bajo la lluvia, banderas siendo planchadas en el salón del pueblo, y la media hora frenética de hervir agua, medir avena y agregar la cantidad justa de sal marina. Costi captura estos momentos con calidez y cuidado: los jueces probando buscando el color perfecto, la textura y ese especial olor “aventado”. Es una mezcla de rivalidad amistosa y ritual comunitario, demostrando cómo algo tan simple como las gachas pueden unir a las personas más allá de las fronteras.
Charlie Miller es el corazón de esta historia. Él es una leyenda tranquila cuyos 30 años dirigiendo el concurso han convertido un evento local en un fenómeno global. Ahora, sintiéndose un poco indispuesto y pensando en su jubilación, la presencia serena de Miller le da solidez a la película. Él mismo fabrica sus propias cucharas para ayudar a financiar el concurso, y su humor seco corta el vapor como una pizca de canela. A través de entrevistas personales y momentos espontáneos—como cuando mira el brumoso río Spey, famoso por el whisky de Escocia—vemos una vida dedicada a mantener vivas las tradiciones. La historia de Miller no trata de un gran drama sino del cambio sutil, recordándonos que los legados se construyen en silencio, no se gritan.
Los concursantes también son divertidos de ver. Traen sus personalidades peculiares, convirtiendo el concurso en un desfile de personajes interesantes. Está el tipo muy saludable con un café lleno de juegos de palabras, manejando su scooter de movilidad; viajeros de lugares lejanos que guardan recetas familiares como tesoros; y aldeanos locales que tratan el evento como una fiesta de las Highlands. La película no se burla de ellos, sino que muestra su vulnerabilidad—los nervios antes del concurso, la emoción de probar una cucharada perfecta.
Debajo de toda la diversión alegre, hay un mensaje más profundo sobre el cambio y la conexión. Mientras Miller se prepara para retirarse, la película se pregunta qué pasará con este evento especial sin él. Te sorprende gradualmente, parecido a los sabores sutiles de unas buenas gachas, mezclando el humor con la tristeza—escenas de personas celebrando juntos y despidiéndose que traen lágrimas y sonrisas. En un mundo que a menudo se siente dividido, esta historia de extraños uniéndose alrededor de la avena se siente como un recordatorio pequeño pero poderoso: es la unión y las pasiones compartidas lo que realmente importa, no solo ganar.
Al final, *The Golden Spurtle* es una película que alimenta el alma. Muestra que incluso las tradiciones más tontas pueden darnos consuelo y significado. No es perfecta—hay algunos momentos lentos durante las escenas de preparación—pero su calidez se queda contigo. Véanla para una dosis de amabilidad real; tal vez hasta les inspire a agarrar su propia cuchara y revolver un poco de felicidad en sus vidas. Sírvase un plato, presione play y disfrute de esta joya dorada que te hace sentir bien.
