No hay súplicas en ‘Man’s Best Friend’. Mientras que ‘Please Please Please’ – uno de los tres éxitos ubicuos número uno del álbum del 2024 de Sabrina Carpenter, Short’n’Sweet – trataba todo en primera persona, con la cantante rogando por no tener razón sobre un tipo (nada honorable), el nuevo álbum se deleita en su odio recién prolífico. No es un disco sin emociones, pero se trata más de ti (el chico) y del sentimiento específico de querer golpearte cada dos minutos. ¿Suena familiar? Bueno, mucho de ‘Man’s Best Friend’ también, que reúne a Carpenter con Jack Antonoff, Amy Allen y John Ryan y examina cómodamente el pop radiofónico de varias épocas, sonando generalmente más vibrante que su predecesor. Está ricamente producido y es terco en su humor de formas que insisten en que, incluso si ya has escuchado la historia un millón de veces, puedes hacerla sonar distinta. ‘The Life of a Showgirl’ está en el horizonte, pero no hay nada igual a ‘Man’s Best Friend’ en el mundo del pop actualmente.
**1. Manchild**
‘Man’s Best Friend’ irrumpe en modo country completo con su fantástico primer sencillo, ‘Manchild’, una canción con tantos ganchos que no es difícil encontrar algo nuevo que apreciar cada vez. La primera vez, para mí, fue la conclusión de Carpenter sobre los hombres inmaduros que constituyen la temática del álbum: “¿Por qué tan sexy si tan tonto? ¿Y cómo sobrevivir en la Tierra tanto tiempo?”. Luego fue la decisión de rimar el título con “Fuck my life”, gritándolo para que todos podamos cantar a todo volumen en el auto. Es una canción pop que parece no tener sentido, lo que la hace aún más divertida; no es difícil de entender, sino astutamente compleja.
**2. Tears**
Ya aprendimos que la incompetencia en los hombres puede ser sexy – ahora Carpenter nos reta a imaginar a alguien que lava los platos voluntariamente y monta muebles de IKEA. Ella realmente hace que la canción funcione al inclinarse hacia lo ridículo: “Recordar cómo usar tu teléfono me pone tan, tan caliente”. Hombres responsables, esta es su señal para sonreír incómodamente.
**3. My Man on Willpower**
Un título apropiadamente dramático para un pequeño giro narrativo – aunque en realidad, una extensión natural de ‘Tears’: ¿Qué pasa cuando el hombre se vuelve un poco demasiado responsable? “Se enamoró de la autocontención y ahora se está saliendo de control”, canta, punctuando esta falta de control con un torrente de instrumentos reales – es en este tipo de canciones que el disco se beneficia de la grabación en vivo, cuidando de no minimizar la emoción real que Carpenter muestra. Sería fácil tratarlo como otro chiste, pero la comedia comienza a pesarle.
**4. Sugar Talking**
Por contraste, ‘Sugar Talking’ suena demasiado sintética, con una batería desagradablemente tosca – y, desafortunadamente, debo señalar la ausencia de Jack Antonoff en la producción. Es una lástima, porque solo hace que la confrontación de Carpenter – “Pon tu amor donde está tu boca” – suene extrañamente desinteresada.
**5. We Almost Broke Up Again**
La historia es familiar, predecible y, a menos que seas más como el amigo propenso a escucharla, relatable – por lo que Carpenter y sus colaboradores recurren a los sonidos envolventes del pop vintage (la adoración por ABBA comienza por aquí). Pero Carpenter se adueña de la canción con su disgustada autoconciencia, cambiando brillantemente la tonalidad en “mañana” para sugerir que el patrón se repite, sí, pero siempre va a sentirse diferente; más intenso, y quizás ese es el atractivo. Ya sabemos que le gustan los juegos de palabras, pero escúchala reír entre lágrimas, cronometrando perfectamente la línea “Me dio su corazón entero y yo le di sexo oral”.
**6. Nobody’s Son**
Sobre el tema de los sentimientos familiares, ‘Nobody’s Son’ recicla mayormente la premisa de ‘My Man on Willpower’, entregando más frases citables como “Solo pensé que eventualmente cedería, extendería la mano/ Pero para nada, descubrió el autocontrol”. Es más ligera, y el coro seguro se te queda en la cabeza.
**7. Never Getting Laid**
Carpenter es una experta en burlarse de la corrección emocional, así que por supuesto que deseará a su ex una vida llena de felicidad – pero también esperará que algún día le de agorafobia. La canción es lo suficientemente relajada para que los chistes duelan un poco más, pero ninguno tanto como el coda: “La abstinencia es solo un estado mental”. Disfrútalo, chico.
**8. When Did You Get Hot?**
Cambiando de marcha, ‘When Did You Get Hot?’ es de hecho sensual, con actitud, y un soplo de aire fresco – ni autocrítica ni acusatoria. “Está espesando la trama”, canta, pero es solo tensión.
**9. Go Go Juice**
‘Man’s Best Friend’ ha sido divertido, pero no siempre a la “antigua usanza” que ‘Go Go Juice’ defiende. Se bebe suavecito, con un típico puente de Antonoff que ayuda a rematarlo. Todavía quedan un par de canciones más.
**10. Don’t Worry I’ll Make You Worry**
Que Antonoff consiga que sus compañeros de banda de Bleachers toquen en el álbum da resultado, pero ‘Don’t Worry I’ll Make You Worry’ suena extrañamente sacada de ‘Take the Sadness Out of Saturday Night’ – aunque, por supuesto, ‘folklore’ y ‘evermore’ son puntos de comparación más fáciles. Justo cuando piensas que es un territorio mediocre y que le faltan los trucos singulares de Carpenter, ella afila su pluma. “Trato silencioso y humillarte”, comienza el segundo verso. “Bueno, ese es uno de mis mejores trabajos”. Para este punto, podrías estar convencido de que ‘Man’s Best Friend’ también lo es.
**11. House Tour**
La canción musicalmente más divertida del álbum, desplegando los sintetizadores más llamativos y una percusión intrincada que una canción moderna de eurodisco posiblemente pueda tener. Después de ‘When Did You Get Hot?’, la cantante no tiene razón para ser tímida con sus invitaciones, y promete que nada de esto es una metáfora. ¿Qué quieres decir con que nunca has oído hablar de la Avenida Chica Guapa? Debería ser justo lo tuyo.
**12. Goodbye**
El cierre juguetonamente desafiante del álbum puede recordarte a cualquier cantidad de canciones de ABBA, pero yo señalaré ‘Knowing Me, Knowing You’, en la que Frida canta, “Caminando por una casa vacía, lágrimas en mis ojos/ Aquí es donde la historia termina, esto es adiós”. Carpenter puede estar en un predicamento similar, pero ella tiene la ventaja, señalando la hipocresía del chico y rebajándose a su nivel solo para ridiculizarlo: “Solías amar mi trasero, ahora, cariño, no lo verás nunca más”. No importa qué idiomas hables, aquí no hay doble sentido. Lo que ves es lo que obtienes, y en el astuto mundo pop de Carpenter, eso es refrescante.