Predator: Asesino de Asesinos
Es difícil imaginar que en 1987, cuando salió la primera película de Predator mostrando los músculos de Arnold, alguien hubiera predicho que tendría tantas secuelas. Pero aquí estamos: en 2025 llega una antología animada, con los Predators masacrando humanos en la época vikinga, el Japón samurái y la Florida de la Segunda Guerra Mundial. Esto sigue a la excelente Prey (2022) y a la más tonta Alien vs. Predator (2004), donde una mujer se hace amiga del Predator, lo que arruina el miedo.
Asesino de Asesinos empieza con el capítulo vikingo, El Escudo, en el año 841 d.C. Una buena idea es que los vikingos llamen al Predator "Grendel", como en el poema Beowulf, donde un monstruo humanoide caza en la oscuridad… ¿te suena? Hay mucho drama estilo Juego de Tronos, hasta que el vikingo más fuerte es secuestrado por los Predators, que básicamente están haciendo casting para su reality show.
Esto marca el tono para el resto de la película. Le sigue La Espada en el Japón medieval, con lecciones sobre trabajo en equipo, y luego La Bala, en la Florida de la guerra, con buenas escenas de acción donde aviones son cortados en cubos por los Alien.
El único problema es que no puedes evitar pensar lo genial que se vería en acción real. La animación es buena, pero le falta algo… esa chispa que hace incluso las animaciones imperfectas fascinantes. Todo es muy pulido, tal vez demasiado. ¿Hubo IA involucrada? Quizá nunca lo sepamos, pero es un problema que la duda exista.
La cosa mejora cuando llegamos al planeta de los Predators para el enfrentamiento final, donde un vikingo, un samurái y un piloto pelean hasta la muerte para entretener a los locales. Hay chistes decentes y el problema de comunicación entre ellos es un buen detalle. Podría haber sido más emocionante, pero es bueno ver una franquicia de casi 40 años tratando de sorprender.
Predator: Asesino de Asesinos estrena en Disney+ el 6 de junio.