"Reseña de Moderación de Elaine Castillo: una visión retorcida del mundo laboral tecnológico | Ficción"

La segunda novela de Elaine Castillo se desarrolla en el corazón corrupto de la industria tecnológica estadounidense, donde "Girlie era, por cualquier métrica imaginable, una de las mejores". Lo que la hace tan eficaz en su mal pagado trabajo como moderadora de contenido para la gigante de redes sociales Reeden es esa moneda tan valiosa en el mundo laboral: una capacidad estoica para el esfuerzo. Aunque el costo mental del trabajo es claro—suicidios son comunes, los empleados blancos no duran y el apoyo emocional es superficial—, Girlie demuestra ser excepcionalmente resistente, casi perfecta en identificar y eliminar contenido de abuso infantil. Tras su impasibilidad productiva, Castillo nos revela con ironía sombría una "brillante" línea de antepasadas—enfermeras y empleadas domésticas filipinas que siempre limpiaron los desastres de otros.

Las cosas mejoran para Girlie cuando aparece William Cheung, ofreciéndole ser moderadora en Playground, una plataforma de entretenimiento en realidad virtual recién comprada por Reeden. Girlie encaja perfecto. Como hija de inmigrantes nacida en EE.UU., carga con un sentido agobiante de deuda familiar ("había un acuerdo tácito, un código cultural inquebrantable: si ganabas dinero, debías ayudar a tu familia"). Con la casa familiar hipotecada, el atractivo paquete de beneficios es irresistible. Y, como también hay romance de por medio, lo mismo pasa con el hombre que se lo ofrece.

El exitoso debut de Castillo, América no está en el corazón, exploró la experiencia filipina en los 90 en EE.UU. Lleno de enfermeras, curanderos, artistas y DJs alternando entre ilocano, tagalo y pangasinense, el libro abrió una ventana a un rincón oculto de la vida americana, pero sin explotar el trauma ("el sensacionalismo etnográfico", como lo llama Castillo en su ensayo Cómo leer ahora). En cambio, celebró las expresiones cotidianas de comunidad y supervivencia. Pero mientras esa primera novela podía ser demasiado seria, hundida por el peso típico de las historias de inmigrantes, Moderación se divierte más dentro del género—aunque sea de forma masoquista ("Mis padres trabajaban todo el tiempo… Nunca fuimos de vacaciones en familia", dice Girlie. "Tampoco fuimos a Disneylandia").

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Castillo enmarca astutamente el poder terapéutico de la realidad virtual dentro de una historia más oscura: su uso para lucro, control y vigilancia.

La doble mirada del libro al trabajo y la inmigración invita a comparaciones con Severance de Ling Ma (2018). Pero Girlie, a diferencia de la protagonista china de esa novela, no añora una patria lejana; solo extraña su infancia en Milpitas, perdida en la crisis del 2008. El verdadero parentesco entre los libros quizá es que ambos ocurren en medio del colapso: donde Ma imaginó una pandemia fungal, Castillo prevé un apocalipsis digital.

Girlie descubre que Playground nació con un interés genuino en lo terapéutico. La necesidad de fondos lo llevó a fusionarse con L’Olifant, una empresa francesa de parques temáticos que muestra "la historia de Francia a los franceses". Ahora, con Reeden como dueña, ambas buscan revolucionar el entretenimiento y la salud—en teoría.

Castillo explora el poder curativo de la VR (desde tratar PTSD hasta aliviar pensamientos suicidas) dentro de una narrativa más siniestra: su uso para ganancia y control. Le interesa la intersección entre política de derecha, cultura tech e historiografía. L’Olifant está inspirado en Puy du Fou, creado por Philippe de Villiers, conocido por su conservadurismo católico y su apoyo al candidato de ultraderecha Éric Zemmour en 2022. Igual que Puy du Fou, L’Olifant busca hacer la historia "divertida" y "emocionante", aunque eso signifique reescribirla.

A medida que se mezclan ideales terapéuticos, ambiciones revisionistas y codicia corporativa, Castillo aborda temas potentes: censura, feudalismo digital, explotación de datos biométricos para propaganda y el inquietante intercambio entre principios y progreso. Pero decepciona que prefiera rozar superficies en vez de profundizar. Su táctica narrativa es decir constantemente—mediante diálogos planos o titulares simplistas ("¿INICIATIVA DE REALIDAD VIRTUAL DE PLAYGROUND: ¿FANTASÍA O PESADILLA ULTRADERECHISTA?")—sin mostrar ni dramatizar. Los personajes a veces parecen espectadores, relegados a los márgenes en vez de estar en el centro. Girlie y William son interesantes por separado, pero juntos no generan mucha química. Su romance pasa páginas inactivo, solo para despertar en arranques de pasión repentinos. La novela intenta abarcar muchos géneros—thriller, distopía, drama migratorio, historia de amor—pero no se compromete del todo con ninguno. El resultado es una trama más dispersa que compleja.

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Aun así, Moderación tiene méritos. Castillo es una escritora aguda que toma en serio la instrumentalización de las historias en un mundo cada vez más conservador. Como novela de ideas, contiene suficiente terror para mantenerte leyendo y buscando señales de la pesadilla que su autora se tomó el tiempo de documentar.

Moderación de Elaine Castillo es publicado por Atlantic (£17.99). Para apoyar a The Guardian, compra tu copia en guardianbookshop.com. Pueden aplicar costos de envío.