Reseña de Metal Gear Solid Delta: Snake Eater – El caos de la Guerra Fría renace con un brío cinematográfico

Un personaje ficticio muy sabio dijo una vez que la guerra nunca cambia, y si juegas Snake Eater, te costará mucho discutirlo. Konami ha eliminado el tres del título y lo ha reemplazado con un delta en este remake del clásico de PS2 de la guerra fría. Pero no te engañes, esta es la aventura en la jungla casi exactamente como la recuerdas. Sin Hideo Kojima al mando, Konami no ha interferido en la historia de esta obra maestra, y en su lugar se ha enfocado en unos gráficos lujosos y controles más modernos.

Aún así, si hay un juego de PS2 que puede pasar por moderno, es Metal Gear Solid 3. Al mudar la serie a la naturaleza, Kojima exprimió hasta la última gota de poder de la consola de Sony. Para los jugadores de entonces, estos eran entornos inmensos. Pero si revisitas los pantanos de Tselinoyarsk hoy, con los juegos de mundo abierto actuales, esas junglas que parecían tan grandes ahora se sienten casi pintorescas.

Posibilidades juguetonas … Metal Gear Solid Delta: Snake Eater. Foto: Konami

Por suerte, el enorme encanto y carácter de estos lugares llenos de mosquitos sigue siendo igual de grande. Cada camino por el que te arrastras está lleno de posibilidades divertidas. Snake puede tumbarse en el lodo y disparar a un avispero, viendo como envuelve a una patrulla antes de que los soldados gritando salten por un precipicio. Los buitres descienden sobre enemigos caídos bajo el sol del desierto, e incluso puedes disparar el walkie-talkie de un guardia para evitar que pida refuerzos. Son estos sistemas interconectados y la narrativa ambiciosa lo que hace que un mapa modesto se sienta épico.

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En cuanto a la historia, Snake Eater es tan loco como siempre, mostrandote imágenes históricas reales de la guerra fría en un momento y al siguiente hacerte luchar contra un hombre hecho de abejas. Mientras los fans asentirán con complicidad ante líneas sobre los la-li-lu-le-lo, para los nuevos jugadores, el bombardeo inicial de cinemáticas puede resultar imposible de entender. Tampoco ayuda que el prólogo quite el control al jugador constantemente, sometiéndote a muros de texto entre pequeñas secciones jugables.

Afortunadamente, una vez te deja jugar, la aventura soviética de Snake nunca se había sentido mejor. Aunque los puristas pueden optar por la perspectiva clásica, no hay mucha razón para hacerlo. Los controles modernos son una revelación, haciendo a Snake más ágil y preciso, potenciando la acción. Jugar en dificultad normal es pan comido con estos controles, transformando al una vez torpe Snake en una máquina de matar cinética.

Trucos furtivos … Metal Gear Solid Delta: Snake Eater. Foto: Konami

Hay otros cuantos cambios bienvenidos para los veteranos. Una nueva brújula opcional te señala la dirección de tu objetivo y mantener pulsado el D-pad te permite acceder rápidamente al codec o cambiar el camuflaje sobre la marcha.

Hablando de camuflaje, los sistemas de supervivencia son probablemente su mayor legado. Puedes ver su ADN en juegos modernos, con sus sistemas de caza y curación sentando las bases para las aventuras de supervivencia por venir. Aunque estos sistemas pioneros se sienten un poco simples hoy, aún añaden una capa extra a las tretas furtivas de Snake.

El juego metalingüístico de Kojima aún brilla, registrando tus decisiones de gameplay de formas fascinantes. Desde poder matar a un jefe horas antes de lo previsto, hasta un enfrentamiento donde las consecuencias de tu sed de sangre te persiguen, pocos juegos modernos abrazan este grado de interactividad.

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A pesar de sus ambiciones cinemáticas, Snake Eater triunfa cuando no se avergüenza de ser un videojuego. Los objetos caen de los soldados enemigos, ranas escondidas giran y cantan cuando les disparas, y patos de goma camuflados se esconden en cada entorno.

Delta es una maravilla visual en PS5 Pro, siendo una de las mejores muestras gráficas del nuevo sistema de Sony. Secuencias memorables ahora rebosan grandeza cinematográfica, traídas a la vida en lujoso 4K. Aunque no todo ha envejecido igual de bien, como las cinemáticas que miran fijamente el escote de EVA, revelando una mirada masculina juvenil y vergonzosa que delata los orígenes del 2004.

Sin embargo, hay algunos aspectos que podrían haber necesitado un cambio. Aunque los jugadores difícilmente olvidarán el enfrentamiento final icónico, las cinemáticas finales apresuradas sugieren que Kojima intentaba atar cabos sueltos de la trama. Es un área donde Konami podría haber intervenido, en lo que aún se siente como un final anticlimático.

Fuera del juego principal, hay un modo Ape Escape divertidamente tonto y una curiosidad secreta desbloqueable que no spoilearé. El único modo completamente nuevo, el componente multijugador Foxhunt, llegará después del lanzamiento, lo que hace que la oferta actual se sienta un poco incompleta.

Snake Eater es un Metal Gear más ágil y contundente, una aventura de la guerra fría que debe tanto a James Bond como a Apocalypse Now. Kojima no esconde su amor por Hollywood, y aunque sus obras a menudo se inflan en epopeyas difíciles, este juego sigue siendo su logro más cinematográfico hasta la fecha. Es tonto, autocontenido y disfrutablemente camp, yendo de lo sublime a lo ridículo con un desparpajo admirable. Desde su fusión de la paranoia de la guerra fría con la tontería anime, las actuaciones de voz legendarias siempre deleitan, prestándole un aire de plausibilidad a lo absurdamente imposible.

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Si el modo Foxhunt gratuito logra revivir los días de gloria de Metal Gear Online cuando llegue a finales de año, añade otra estrella a la puntuación. Incluso si no lo hace, Snake Eater es un deleite melodramático, ofreciendo una brillante introducción (o excusa para revisitar) una de las obras maestras más gloriosamente idiosincráticas de los videojuegos.

Metal Gear Solid Delta: Snake Eater sale el 28 de agosto.