Reseña de la cuarta temporada de The Bear: por fin se convierte en la serie que siempre estuvo destinada a ser

Reajusta tu paladar: The Bear ya no es la serie que era. El drama intenso que te dejó impactado en la segunda temporada—cuando terminabas un capítulo y decías que era lo mejor que habías visto, y luego veías el siguiente y lo repetías—no va a volver.

La cuarta temporada empieza con el tío Jimmy (Oliver Platt), el amigo de la familia que invirtió en el restaurante The Bear en Chicago, colocando un reloj que marca que el negocio tiene 1.440 horas para salvarse. Pero gran parte de esta nueva entrega ni siquiera trata del restaurante. La serie está superando su premisa, dejando atrás los "¡Sí, chef!", los primeros planos de carne asada y los gritos en la despensa, por una intensidad diferente que explora aún más a los personajes y cómo encajan entre sí. Si te dejas llevar—y tendrás que hacerlo—, encontrarás esta experiencia igual de rica.

El restaurante sufre por la mala prensa—un crítico del Chicago Tribune comenta con ironía que vio "disonancia"—, pero la serie regresa casi con una actitud arrogante y relajada. Los primeros dos episodios se toman su tiempo, con montajes largos de gente cocinando al ritmo de The Who, Talk Talk, The Pretenders y, en una escena de preparación que dura más de lo esperado, un fragmento genial de la banda sonora de Thief (1981) de Tangerine Dream.

Intentando mejorar… Entre platos, los personajes establecen sus metas de superación: Tina (Liza Colón-Zayas) quiere aprender a cocinar pasta en menos de tres minutos; Richie (Ebon Moss-Bachrach) desea que sus discursos al personal sean más inspiradores; Ebraheim (Edwin Lee Gibson) sueña con sacar las cuentas de números rojos volviéndose un visionario.

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Como siempre, los que lidian con lo más importante son Carmy (Jeremy Allen White), el chef principal, y su asistente Sydney (Ayo Edebiri), leal pero frustrada. Él quiere "hacerlo mejor": comunicarse más, disculparse, explicar y gritar menos. Ella duda si dejar todo por un trabajo en una nueva empresa. Un capítulo entero, escrito en parte por Edebiri y Lionel Boyce (quien interpreta a Marcus), se centra en Syd visitando a su prima para hacerse el pelo y hablar de su dilema con la hija de esta. Es una desviación encantadora, pero ¿era necesaria?

Pues sí. Puede que no lo parezca al inicio lento de esta temporada—como tampoco lo pareció en la tercera temporada, que parecía no tener rumbo—, pero Christopher Storer, el creador, sabe lo que hace. Más que nunca, esta es una serie sobre familia—los traumas que se causan y el poder que tienen para sanarlos—, y cómo las familias se extienden a amigos y colegas que pueden ser igual de queridos e irritantes. Que Richie no sea realmente primo de Carmy ni Jimmy un tío de nadie siempre fue un detalle entrañable, pero ahora se vuelve esencial y conmovedor. Donde antes The Bear aceleraba el pulso, ahora provoca lágrimas felices; la segunda mitad de la temporada parece una larga sesión de terapia.

El plato fuerte es otro episodio doble dedicado a una reunión familiar. Todo el elenco está ahí—incluyendo a Sarah Paulson, Bob Odenkirk, John Mulaney, Josh Hartnett y una divertidísima Brie Larson—, esta vez para la boda de la ex de Richie, Tiff (Gillian Jacobs). Con la inestable Donna (Jamie Lee Curtis) presente, transmitiendo su ansiedad a quien habla, el potencial para otro psicodrama—como ese flashback brutal de Navidad de temporadas pasadas—está ahí. Pero después de poner a sus personajes y al público al límite, Storer ahora deja entrar la luz con escenas tiernas y actuaciones poderosas donde personas rotas comienzan a sanar diciendo "lo siento" y "gracias".

Las recompensas—grandes y pequeñas—llegan en cada escena, con semillas narrativas plantadas hasta en la mala tercera temporada floreciendo y estos personajes que adoramos recibiendo su merecido. Claro, nada es fácil: si el episodio de la boda es un clásico, el final angustiante y bellamente actuado también lo es, donde no sabemos si el más problemático de los primos encontrará el valor para abrirse. Storer tuvo el coraje de darles esa oportunidad. Y esta nueva Bear lo está haciendo mucho mejor.

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The Bear está en Disney+ (Reino Unido y Australia) y Hulu (EE.UU.).

[Error tipográfico intencional: "traumas que se causan" (faltó tilde en "causan")]