El director Paul Feig es conocido por sus comedias exageradas; ahora sube el tono hacia un thriller psicosuspense serio y sensacionalista, que es tremendamente divertido, o al menos divertidamente tremendo. Está inspirado en el *noir* erótico de los 90 y fue adaptado por la guionista Rebecca Sonnenshine del éxito de ventas del 2022 de Freida McFadden. Volvemos al mundo sórdido y brillante de películas como *La mano que mece la cuna* de Curtis Hanson o *Instinto básico* de Joe Eszterhas, pero rozando, aunque sin llegar del todo, la sátira.
La escena es una mansión extrañamente opulenta en el norte del estado de Nueva York, espléndidamente aislada en un mar de viviendas suburbanas insípidas; se llega por un camino privado, después de pasar unas puertas electrónicas. Y por esta avenida es donde Millie (Sydney Sweeney) conduce nerviosa, llevando gafas falsas para parecer más madura, para solicitar el puesto de empleada interna de la pareja adinerada que vive allí; espera que sus posibles empleadores no noten las preocupantes inconsistencias en su currículum. Nina Winchester (Amanda Seyfried) la recibe con la insípida amabilidad rubia de un pueblo de Stepford, parece adorar a Millie y le explica que el trabajo implica cocinar, limpiar y cuidar de su hija pequeña, Cece (Indiana Elle).
Pero en su primer día de trabajo, la pobre Millie descubre que la casa, que era un escaparate perfecto al estilo Martha Stewart cuando la vió por primera vez, ahora es un caos sórdido. Nina grita con rabia malévola, culpando a Millie por todo, aparentemente por haberse saltado su medicación. Su marido, Andrew (Brandon Sklenar), tan guapo como un joven Alec Baldwin, tranquiliza a Millie diciendo que todo está bien; Millie se siente fatalmente atraída por él, además de agradecida por sus amables intervenciones para evitar que la despidan de un trabajo que necesita desesperadamente. La tensión sexual es insoportable. ¿Pero qué está pasando? ¿Es el comportamiento de alguno de ellos lo que parece? ¿Están preparando a Millie para algo?
Tenemos actuaciones deliciosamente exageradas y algunos giros enormes en la perspectiva para explicar lo que realmente ha estado ocurriendo – y, por supuesto, el embriagador olor a gaslighting, ya que Millie no puede estar segura de entender nada de lo que sucede. Puede que sea absurdo, pero Feig y su reparto lo entregan con un gusto tremendo; es un entretenimiento inocente perfecto para vacaciones.
*The Housemaid* se estrena el 19 de diciembre en Estados Unidos, el 25 de diciembre en Australia y el 26 de diciembre en el Reino Unido.
