Karate Kid: Legends
Hay mucho en juego para Li Fong, el protagonista guerrero de Karate Kid: Legends. Este inmigrante de Beijing (interpretado por Ben Wang, habitual de Disney) apenas se adapta a su nueva vida en Manhattan cuando termina enseñando kung fu a Victor, un pizzero del West Side (Joshua Jackson), para ayudarlo a ganar un premio de boxeo y pagar su deuda con un prestamista peligroso (Tim Rozon). Pero cuando Victor es engañado en una pelea con un golpe ilegal, Fong recuerda la trágica muerte de su hermano mayor, ídolo del kung fu, y su reacción fría lo enfrenta con Mia, la hija de Victor (Sadie Stanley), quien podría ser su interés amoroso, y con su propia madre (Ming-Na Wen), que le prohibió pelear.
Además de sacar buenas notas en el SAT y adaptarse a su nueva escuela, Fong también debe revitalizar una institución cultural que intenta relanzar su franquicia después de 15 años. Bajo menos presión, otras sagas han fracasado. Todo esto parecía una receta para el desastre para el director Jonathan Entwistle. Pero el guión de Rob Lieber convierte estos elementos en una clásica historia de superación, especialmente relevante hoy, cuando los jóvenes se sienten más solos e impotentes que nunca. Los fans de Karate Kid verán venir muchos golpes, pero disfrutarán más viendo la película con jóvenes que descubren este mundo por primera vez o gracias a Cobra Kai de Netflix (en mi proyección en Atlanta, donde se filmaron escenas callejeras, los niños dominaban la sala).
Para marcar el relevo generacional, la película empieza con una escena entre Daniel-san y el Sr. Miyagi de The Karate Kid Part II, donde Miyagi explica la conexión entre su karate y un estilo de kung fu chino ("dos ramas del mismo árbol"). Así reintroducen al tío de Fong, el Sr. Han (Jackie Chan), maestro de kung fu (que viene de la secuela del 2010) y quien lo anima a seguir peleando contra los deseos de su madre. Él impulsa a Fong a entrar en un lucrativo torneo de artes marciales en Nueva York y viaja a Los Ángeles para reclutar al Maestro Daniel (Ralph Macchio, aún juvenil) y preparar a Fong para el evento decisivo.
El resultado son 94 minutos encantadores, con acción constante para los jóvenes y nostalgia para los adultos, además de risas compartidas (Fong gana el apodo "Stuffed Crust" tras cometer un error típico al pedir pizza en NY). Los espectadores mayores se sentirán viejos al ver a Jackson (el Pacey de Dawson’s Creek) como un padre protector o a Wen (Chun-Li en Street Fighter) como una madre sobreprotectora. Wyatt Oleff, quien interpreta al tutor y luego amigo de Fong, Alan, brilla en sus diálogos con Fong, quien al principio rechaza esta amistad impuesta por su madre.
Pero el mayor placer para los fans será el guiño a Cobra Kai. Aún así, la mejor sorpresa es la química entre Chan y Macchio, que salva lo que pudo ser un conflicto de egos. Chan sigue siendo el mejor en hacer reír con artes marciales, como en una escena de allanamiento que parece sacada de Rush Hour.
Legends no es un reboot perfecto: los villanos son poco desarrollados (especialmente Conor, de Aramis Knight) y algunas peleas parecen sacadas de Mortal Kombat, sin medidor de energía. También hay un innecesario product placement protagonizado por Oleff. Pero, aparte de eso, la película funciona: es cálida, divertida y un estallido de diversión familiar que hará revivir el interés por las películas antiguas y Cobra Kai. Cualquiera disfrutará de ella.
