Hace veinte años, Paul Andrew Williams se dio a conocer como un talento brillante del cine británico con su impactante película London to Brighton, y desde entonces su creatividad ha seguido creciendo tanto en el cine como en la televisión. Su nueva película es un drama social-realista con toques de Mike Leigh, pero también momentos de thriller e incluso terror. Williams no teme sorprendernos con un susto clásico hacia el final, lo cual desafía al público al negarse a encasillarse en un género. Las actuaciones de Andrea Riseborough y Brenda Blethyn son excepcionales, junto con un gran papel secundario de Jason Watkins.
Dragonfly habla sobre la soledad, la alienación y el eterno misterio de los demás, el miedo a la intimidad y la vida desconocida de los vecinos en la ciudad. Elsie, interpretada por Blethyn, es una mujer mayor que vive sola en su bungalow, pero una reciente caída y una lesión en la muñeca han hecho que su hijo (Watkins), claramente para compensar sus pocas visitas, contrate enfermeras de una agencia privada. Ellas están sobrecargadas y no hacen un buen trabajo. En realidad, Elsie no necesita esas enfermeras, y al soportarlas, carga con la culpa de su hijo.
Mientras tanto, la vecina Colleen, interpretada por Riseborough, es una presencia extraña. Es una figura triste y reservada, que vive de ayudas sociales con su enorme perro americano, llamado Sabre. Williams nos muestra que Colleen tiene una especie de relación platónica con el animal, y la película nos sorprende con imágenes de Sabre acostado en su cama.
De manera sutil, Colleen se acerca a Elsie, quien supera su miedo inicial al perro y agradece su ayuda directa. Colleen va a la tienda por ella y, tras varias visitas, acuerdan que lo más fácil sería que Elsie le diera su tarjeta y el PIN. Claro, la película nos hace sospechar lo peor, y luego nos hace sentir mal por pensarlo. Colleen parece infeliz y dañada, pero con buenas intenciones, especialmente cuando compra un radio para comunicarse… pero luego lo usa para hablar de noche, dejando a Elsie confundida al escuchar lo que pasa en su casa.
Es un retrato fascinante de dos personas solitarias que, de una manera disfuncional, encuentran una nueva forma de interactuar. Y es una relación triangular: Elsie, Colleen y el enorme Sabre. Pero con una inevitabilidad terrible, el hijo de Elsie (Watkins) aparece, y hay consecuencias devastadoras tras una conversación con Colleen que Williams solo nos muestra desde lejos, ocultando la verdad.
Dragonfly se presentó en el Tribeca Film Festival.
