Reseña de "Bring Her Back" – Los directores de "Talk to Me" regresan con una película que verás entre los dedos | Cine de terror

Los cineastas australianos de terror han superado expectativas en los últimos años, creando películas que te dejan sin nervios, como Late Night with the Devil, You Won’t Be Alone, You’ll Never Find Me, Sissy, el infravalorado reboot de Wolf Man de Leigh Whannell y Talk to Me. Esta última, sobre adolescentes que hablan con espíritus en vez de drogarse (¡estos jóvenes!), fue el increíble debut de los hermanos Danny y Michael Philippou, nacidos en Adelaide.

Ahora regresan con Bring Her Back, otra dosis de horror macabro sacado de lo más oscuro. La película tiene menos acción frenética y más terror denso y desesperanzador, con una actuación perturbadora de Sally Hawkins como una madre adoptiva infernal. Interpreta a Laura, una ex trabajadora social que acoge a dos adolescentes: Piper (Sora Wong), con problemas de visión, y su hermano mayor, Andy (Billy Barratt).

Pronto descubren a su padre muerto en el baño, y como Andy es demasiado joven para ser el tutor de Piper, se mudan con Laura y otro niño adoptivo, Oliver (Jonah Wren Phillips), un chico inquietante: mudo, con la cabeza rapada y una mirada vacía que te hace ver la película entre los dedos.

Algo no cuadra con Laura, cuya hija murió hace tiempo, pero el guion oculta sus intenciones, creando una atmósfera de tensión. Hawkins actúa de forma esquiva, mezclando emociones sutiles y extremas. Definir qué le pasa a Laura es como intentar clavar agua con un cuchillo. Es una persona necesitada, desesperada y, como descubrimos, consumida por un anhelo intenso antes de explotar.

Los sonidos extraños y la banda sonora de Cornel Wilczek parecen compuestos por demonios. Los círculos son un motivo visual, sugiriendo magia negra, y hay imágenes borrosas de rituales en cintas VHS, convertidas en reliquias siniestras del pasado.

LEAR  Una pequeña ciudad que perdió grande en la tragedia de la discoteca en la República Dominicana.

Oliver es clave: cuando empieza a hacer locuras, la película sube de nivel con escenas que desafían hasta a los más fans del terror. No hay duda de su impacto, aunque al salir del cine me pregunté si salí enriquecido o manchado para siempre.

Normalmente me daría un baño frío, pero no después de esta película. El agua, símbolo de purificación, aquí se convierte en una lluvia diabólica de presión emocional. Hay demasiada agua (como en la escena del padre muerto en la ducha) o falta (como en la piscina vacía de Laura), imágenes que se quedan grabadas.

Para cuando terminen los créditos, lo último en lo que pienses será en la piscina. Te perseguirán imágenes mucho peores. Y, como yo, te preguntarás cómo borrarlas.

Bring Her Back se estrena en Australia el jueves, en EE.UU. el viernes y en el Reino Unido el 1 de agosto.

(Typos/mistakes: "magia" escrito como "magia", "fans" en vez de "fanáticos")