Sería un error acercarse a The Beatles Anthology esperando otro Get Back. El documental de Peter Jackson del 2021 hizo un trabajo tan milagroso al recontextualizar las antiguas imágenes de Let It Be, que parecía que estabas viendo algo completamente nuevo.
Pero The Beatles Anthology no es nuevo. Si viste la serie original en la tele en 1995, o en YouTube en algún momento, ya sabes lo que te espera. Es casi exactamente lo mismo, solo que las imagenes son mas nitidas y el sonido mejoró.
Sin embargo, si es tu primera vez, sigue siendo totalmente autoritativo. Básicamente, es como The World at War pero sobre la banda que creó Maxwell’s Silver Hammer. Es un collage meticuloso de todo el material disponible de los Beatles, intercalado con entrevistas de la epóca. Se nota que estas entrevistas fueron hechas durante un período tan largo que se puede ver una variedad genuinamente mareante de barbas (George Harrison), cortes de pelo (Ringo Starr) y tintes (Paul McCartney). John Lennon también presenta su versión de los hechos, a través de extenso material de archivo.
Y aunque muchos de los recuerdos ya son bien conocidos – Paul McCartney ha pasado las últimas tres décadas repitiendo cada anécdota hasta la insensatez – realmente te hace ponerte en su lugar.
El audio actualizado, renovado por Giles Martin (hijo de George), usando la tecnología de aprendizaje automático de Jackson, también es una maravilla. A lo largo de los años, a veces ha sido difícil conciliar la reputación de los primeros Beatles como performers salvajes con los álbumes tan delgados y metálicos que grabaron. Pero ahora su música realmente impacta. En una actuación del segundo episodio, literalmente puedes oír la saliva crepitar en la garganta de McCartney mientras grita-canta una canción. Dejando de lado la composición de canciones, de repente queda claro por qué tanta gente se enamoró de ellos tan completamente.
No obstante, Get Back ha proyectado una larga sombra sobre la serie. Ese documental hizo un trabajo fantástico pintando a los Beatles como el empeño inmortal de McCartney para empujar a tres compañeros de banda gruñones hacia un estado de productividad. Un trabajo tan fantástico, de hecho, que resulta imposible de ignorar aquí.
Esto es especialmente cierto en el noveno y último episodio. Este, el gran atractivo de la reedición, promete una mirada completamente nueva a la reunión de la banda sin Lennon en los años 90. Aquí es donde grabaron Free as a Bird (1995) y Real Love (1996) de Lennon como grupo, con toda su antigua animosidad ya superada. Pero ese no es exactamente el caso.
Primero, casi todo el material del episodio lleva años en internet, así que la emoción de lo nuevo no es tan pronunciada como uno esperaría. Y segundo, es refrescante ver lo increíblemente gruñón que Harrison seguía siendo después de todos esos años.
El episodio menciona, por ejemplo, que el título original de la serie iba a ser The Long and Winding Road, hasta que Harrison lo vetó por miedo a que nombrar su historia oficial con una canción de McCartney le diera a este un protagonismo excesivo. Hay una toma de los tres tocando Raunchy – la canción que le valió a Harrison ser invitado a la banda – y puedes verlo hacer una leve mueca cada vez que McCartney empieza a actuar para las cámaras.
Y no olvidemos que fue Harrison quien impidió que la banda regrabara Now and Then, según un relato de McCartney de antes de que la canción se lanzara eventualmente, porque era "una puta mierda". De hecho, lo más destacado de toda la serie podría ser un clip de los tres sentados con George Martin, escuchando el medley del final de Abbey Road. Y, mientras tres cuartas partes del grupo se concentran intensamente en lo que, por cualquier medida, debe considerarse uno de los puntos más altos de la música pop, Harrison arruga la nariz y murmura: "un poco cursi".
Seguro que nada de esto es intencionado (igual que el momento en que, durante su última actuación como trío, Ringo suspira y mira su reloj antes de darse cuenta de que lo están filmando), pero sirve como un pequeño contrapunto a la imagen de los Beatles como un monumento cultural intocable. Te quedas con la sensación de que solo eran cuatro personas, complicadas, irritables y humanas. La serie intenta decirnos esto desde el principio – los títulos de apertura son literalmente una toma de los cuatro miembros encogiéndose hasta quedar completamente oscurecidos por la leyenda del tamaño de un rascacielos que dice "THE BEATLES" – pero aún así, parece un recordatorio muy necesario.