El debut como directora de Kate Winslet es una película familiar, con guión de su hijo Joe Anders. Es un film navideño bien intencionado y con un reparto lleno de estrellas, parecido a un anuncio de Navidad de John Lewis de dos horas pero sin el logo final. Hay un par de frases ingeniosas y momentos agudos, pero quedan sumergidos en una sopa demasiado empalagosa de sentimentalismo. Al final, no pude superar la caracterización caricaturesca tipo Richard Curtis y la extraña falta de naturalidad de los personajes. Dicho ésto, soy consciente de que fui de los primeros en criticar la película navideña de Winslet ‘The Holiday’, que muchos consideran una de las películas más exitosas de todos los tiempos.
Helen Mirren interpreta a June, la protagonista, una matriarca cariñosa pero de lengua afilada a quien le diagnostican cáncer terminal justo antes de Navidad. Toda su familia, que suele discutir, tendrá que reunirse en su habitación de hospital. June, con una astucia benigna, se da cuenta de que puede usar sus últimos días como una crisis catártica para sanar las heridas no dichas de sus hijos adultos. Ellos son: una carrera estresada (Winslet), una madre que se queda en casa (Andrea Riseborough), una consejera de parto natural algo hippie (Toni Collette) y un alma atormentada (Johnny Flynn), además de todos sus variados hijos. También está el anciano y despistado marido de June, Bernie, interpretado por Timothy Spall, al que le gusta beber y no puede hablar de sus sentimientos, y cuya torpeza distraída tiene un origen triste. Stephen Merchant hace del marido inútil pero adorable de Riseborough, y una amable enfermera del hospital, interpretada por Fisayo Akinade, actúa como la guía discreta del grupo hacia un futuro más sabio.
Es un reparto impresionante donde todos dan lo mejor de sí, y de hecho Winslet ofrece una actuación notablemente contenida y controlada, quizás menos exagerada que la de los demás. Ella y Riseborough tienen una gran escena de confrontación en el pasillo gris del hospital, junto a la máquina de chocolates, y está muy bien dirigida; no se esperaría menos de actrices de ese calibre. Para mí, es mejor que la escena comparable entre Flynn y Spall, que se resuelve con un montaje musical sin palabras. Al final, es Bernie quien se da cuenta de que el tiempo se acaba y que habrá que tomarse algunas libertades con el calendario si June, conectada a su suero de morfina, quiere presenciar la obra de Navidad que sus hijos y nietos le han prometido.
No hay nada malo en un drama lacrimógeno o en los grandes momentos emotivos, pero para mí ‘Goodbye June’ es demasiado irreal y forzada en su dulce despedida.
‘Goodbye June’ estará en cines desde el 12 de diciembre y en Netflix a partir del 24 de diciembre.
