Las exportaciones españolas hacia Estados Unidos registraron un descenso del 5% durante el primer semestre de 2025, a medida que la guerra arancelaria de Donald Trump empieza a hacer mella, lo que ha incrementado la dependencia de Madrid con respecto a China.
Las cifras oficiales de comercio publicadas esta semana revelan que las exportaciones de bienes españoles entre enero y junio alcanzaron los 197.100 millones de euros, un 1% más que el año anterior y la segunda cifra más alta para un primer semestre desde que se tiene registro.
No obstante, mientras las ventas a EE. UU. cayeron hasta los 8.750 millones de euros, las exportaciones a China experimentaron un salto de casi un 14%, alcanzando los 3.950 millones de euros, su nivel más sólido desde 2021.
Estos datos subrayan cómo España se ve constreñida entre el novedoso proteccionismo de Washington y el poder de atracción económico de Pekín.
El regreso de Trump a la Casa Blanca hace apenas siete meses ya ha reconfigurado los flujos comerciales. Sus nuevos aranceles del 15% sobre productos europeos, que entraron en vigor este mismo mes, ya están distorsionando las cadenas de suministro.
La presión también se ha dejado sentir a nivel local. Washington recientemente excluyó al puerto de Algeciras, el más grande de España, de su ruta marítima clave Asia-EE. UU., una medida percibida como un desaire directo en respuesta a una serie de desencuentros diplomáticos y comerciales entre los dos aliados de la OTAN.
El Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha respondido inclinándose notablemente hacia Pekín. Se convirtió en el primer líder europeo en visitar China tras el regreso de Trump, desafiando las advertencias de Washington de que hacerlo sería como «cortarse la propia garganta».
Desde entonces, Madrid ha defendido los contratos con el gigante tecnológico chino Huawei y ha asegurado nuevos acuerdos de exportación, añadiendo cerezas a los 1.860 millones de euros en productos agroalimentarios españoles que ya se venden en China.
Pero la dependencia es bidireccional. Las importaciones procedentes de China aumentaron un 16%, hasta los 24.200 millones de euros, en el primer semestre de 2025, lo que deja a España con un déficit comercial bilateral récord de más de 20.000 millones de euros.
Las importaciones desde EE. UU. también crecieron un 10%, hasta los 15.800 millones de euros, ampliando el déficit comercial global de España hasta los 25.100 millones de euros, un incremento de casi un 59% en un año.
Por sectores, la alimentación y bebidas se mantuvo como la exportación más fuerte de España, con 39.200 millones de euros, mientras que los productos químicos experimentaron un fuerte alza. No obstante, las ventas de automóviles cayeron casi un 9%, hasta los 25.700 millones, y las exportaciones de energía se redujeron un 19%, hasta los 11.500 millones de euros.
Los datos muestran que, si bien los exportadores españoles se mantienen en general firmes, la balanza económica del país se inclina hacia el este. Con los aranceles de Trump cerrando una puerta y China abriendo otra, España arriesga quedar atrapada en medio de una guerra comercial global que no puede controlar.
