Día de los Reyes Magos. Crédito: fetel / Shutterstock
El Día de Reyes lo celebran los niños de toda España el 6 de enero, abriendo sus regalos con gran ilusión. Este año, sin embargo, la verdadera sorpresa podría ser que algunos regalos contesten. Los fabricantes de juguetes chinos han bautizado 2025 como el Año de la Inteligencia Artificial, desatando robots parlanchines y ositos que enseñan, cuentan historias y actúan como au pairs. Algunos niños ya están absortos en virales videos de IA, juegos ajustados por algoritmos y tutores chatbot en el colegio.
La IA promete a cada niño la crianza de lujo que antes estaba reservada a los ricos: lecciones a medida, entretenimiento personalizado y videojuegos que se adaptan a cada capricho. Una infancia “real” para las masas. ¿Qué podría salir mal?
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¡Muchísimo! Los tutores de IA pueden alucinar disparates; un osito demasiado amistoso fue pillado susurrando sugerencias subidas de tono (¡Ups!). Los niños pueden hacer trampas, acosar y crear deepfakes con una facilidad alarmante. Incluso cuando los sistemas “funcionan”, la IA construye acogedoras cámaras de eco donde los jóvenes solo encuentran sus temas favoritos – y “amigos” chatbot infinitamente complacientes.
Con tasas de natalidad en caída y las pantallas reemplazando a los hermanos, el riesgo es una generación no habituada al desacuerdo. Estos compañeros artificiales nunca critican ni comparten sus “sentimientos”, lo que los convierte en una pobre preparación para lidiar con humanos imperfectos – como futuras parejas.
Los colegios (así como padres y abuelos en Reyes) deberían adoptar la IA donde sea útil – pero el regalo más sabio quizás sea saber cuándo apagarla.
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