Reducir la dependencia de la “monocultura” turística

El viernes, los ecologistas del GOB presentaron un informe que plantea la economía balear dentro de una década sin la excesiva dependencia del “monocultivo” turístico.

Con dos años de elaboración a sus espaldas, extendiéndose hasta las cien páginas y rebosante de estadísticas, el informe se titula ‘Impacto Laboral de la Transformación Ecosocial en las Islas Baleares: Una Propuesta de Decrecimiento‘. La presentación tuvo lugar en una sala del Parlamento Balear, y la portavoz del GOB, Margalida Ramis, señaló que el informe no suponía el final del proyecto, sino su comienzo. “Se trata de una propuesta para el debate, y se pueden añadir nuevas perspectivas. El punto de partida es el decrecimiento”.

Uno de los coautores del informe, Luis González Reyes, observó que por mucho que avancen las reformas actualmente propuestas, las islas seguirán siendo excesivamente dependientes del turismo. No obstante, el informe aboga por una diversificación de la economía mediante la apertura de sectores que actualmente tienen poco impacto económico, el establecimiento de un nuevo marco laboral y el aprendizaje de los errores del pasado. Puede lograrse una mayor diversificación y, arguyó, con un menor riesgo de quiebra.

El geógrafo Dr. Iván Murray de la Universitat de les Illes Balears, quien también participó en la elaboración del informe, explicó que tras la Segunda Guerra Mundial las islas se convirtieron en un “laboratorio para la turistificación”. Desde entonces, y a pesar de la crisis de la Covid, que no se utilizó como una oportunidad para el decrecimiento sino más bien lo contrario, el enfoque ha sido el crecimiento y un monocultivo con “mano de obra barata”, consumo de recursos, presión humana, aumento de los alquileres y conflictos ambientales.

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El informe envisaja la evolución de la economía desde un “modelo improductivo” basado en el monocultivo turístico hacia una economía estructurada en torno a la alimentación y la silvicultura ecológica (uso del suelo), la industria verde y las energías renovables. También contempla una transformación en la distribución del trabajo, con el objetivo de una jornada laboral de 30 horas semanales para 2035.