En su decimoséptimo año, el evento continúa creciendo en fuerza y espíritu, reuniendo a personas de todas las edades y nacionalidades en un sentido acto de recuerdo y unidad.
Mientras que el foco nacional del Recuerdo del domingo se centró una vez más en el Cenotafio de Londres, donde el Reino Unido rindió homenaje al valor y sacrificio de los hombres y mujeres militares británicos y de la Commonwealth, una ceremonia verdaderamente especial también tuvo lugar aquí, en España, en la Capilla de las Mil Palmeras, donde veteranos, residentes y visitantes se congregaron para honrar a aquellos que lo dieron todo por la libertad.
En el extremo sur de la Costa Blanca y del Mar Menor, la Delegación de Torrevieja de la Royal Naval Association volvió a estar a la altura, garantizando que el servicio de este año mantuviese los mismos altos estándares que han definido desde hace tiempo la tradición de Mil Palmeras.
En su decimoséptimo año, el evento continúa creciendo en fuerza y espíritu, reuniendo a personas de todas las edades y nacionalidades en un sentido acto de recuerdo y unidad.
Junto a más de 500 veteranos en el servicio se encontraba el Sr. D. Rafael Torrecillas del Prado, Capitán de Navío, de Alicante, junto con Francisco (Paco) Cánovas, Suboficial Mayor de la Fuerza Aérea Española retirado.
Les acompañaban el alcalde de Pilar de la Horadada y concejales locales de todos los espectros políticos. También asistieron mandos de la Guardia Civil y de la Policía Local, así como la vicecónsul británica en Alicante, Sara Munsterhjelm.
Al frente de la ceremonia estuvo el pastor Phil Molloy de la Iglesia Evangélica Pentecostal Cornerstone en Pilar de la Horadada, quien ofreció un sermón profundamente significativo que aunó la reflexión solemne con la esperanza en un mundo más pacífico.
Hablando tanto en inglés como en español, el pastor Molloy recordó a la congregación la importancia de defender nuestras libertades y proteger nuestro modo de vida, manteniendo viva la llama de la esperanza y la gratitud hacia quienes han servido, y continúan sirviendo, en la causa de la paz.
Antes de que comenzase el oficio, el sonido de la Banda de Gaitas y Tambores de Torrevieja llenó el aire mientras dirigían con orgullo un desfile de estandartes que representaban a la Royal Navy, la Submariners Association, la RBL y otras organizaciones castrenses.
Su conmovedora música marcó el tono para una mañana de orgullo y reflexión.
En el interior de la iglesia, abarrotada de gente, las lecturas fueron realizadas por el alcalde José María Pérez Sánchez, la vicecónsul británica Sara Munsterhjelm, Shirly Moritz, Tony y Maureen Jenkins, y Nicola Louden. El presidente de la delegación, Tony Jenkins, dirigió el Acto del Recuerdo, mientras que Maureen Jenkins realizó una emotiva lectura de ‘En los campos de Flandes’, y Walter Shatford recitó la Epitafia de Kohima.
La música desempeñó un papel central en la ceremonia. Cindy Fitzpatrick interpretó una versión soul de ‘Hallelujah’ de Leonard Cohen, Ian Gibson de la JB Just Brass Band ejecutó ‘The Last Post’ y ‘Reveille’ con precisión y gracia, y el antiguo Pipe Major de los Welsh Guards, Brian Day, ofreció una conmovedora interpretación de ‘Hector the Hero’.
La Costa Blanca International Concert Band, bajo la dirección de Jeremy Davies, proporcionó el acompañamiento de los himnos; una agrupación que ha apoyado fielmente el servicio de Mil Palmeras de una forma u otra durante casi dos décadas.
Un momento particularmente emotivo se produjo cuando Leticia Bergmann llevó la Vela de la Paz al altar y recitó la Cita Infantil por la Paz en inglés y español, un poderoso símbolo de esperanza para las futuras generaciones.
Tras entonar los himnos nacionales de España y del Reino Unido, la congregación se trasladó al Jardín Internacional del Recuerdo. Allí, el alcalde encabezó a las autoridades e invitados mientras depositaban coronas en un homenaje silencioso, antes de que miembros del público añadiesen sus propias cruces de amapola, un mar rojo que hablaba por sí solo de amor, pérdida y gratitud. Tres gaiteros tocaron suavemente mientras la multitud permanecía unida en la reflexión.
Al concluir la ceremonia, la Banda de Gaitas y Tambores de Torrevieja atacó de nuevo, conduciendo a veteranos, invitados y miembros del público desde la capilla al Restaurante Mil Palmeras Olympia, donde la conversación, la camaradería y el recuerdo continuaron acompañados de un refrigerio, un broche de oro perfecto para una jornada de espíritu comunitario y unión.
Lo que comenzó hace más de un siglo como una conmemoración por los caídos en la Primera Guerra Mundial ha evolucionado hasta convertirse en un tributo universal, no solo hacia quienes cayeron, sino también hacia todos aquellos que continúan luchando por la paz, la libertad y la justicia en nuestro mundo actual.
El Servicio del Recuerdo de Mil Palmeras demostró una vez más que, incluso lejos del hogar, la llama del recuerdo arde con intensidad en la Costa Blanca, un testimonio de unidad, gratitud y esperanza perdurable.
Y, una vez más, un agradecimiento sincero al Ayuntamiento de Pilar de la Horadada y a la empresaria local Francisca Samper por su continuo e inestimable apoyo. Su dedicación garantiza que este importante acto de recuerdo pueda celebrarse cada año con la dignidad y el cuidado que merece.
Gracias a sus esfuerzos, más de 500 veteranos y sus familias pudieron seguir la ceremonia al completo en una gran pantalla exterior instalada expresamente por el Consistorio —permitiendo que todos, tanto dentro como fuera de la iglesia, compartiesen el espíritu de unidad y recuerdo que define este conmovedor evento comunitario.
Los fondos recaudados durante la colecta del día serán donados a organizaciones benéficas de servicios tanto locales como del Reino Unido.
# No los olvidaremos.
