Un asesino condenado a cadena perpetua en Australia está impugnando la prohibición de que los prisioneros consuman Vegemite, la controvertida pasta salada que se ha convertido en un símbolo nacional.
Las autoridades del estado dicen que los reclusos podrían usar este condimento de olor fuerte para disimular sustancias ilegales o hacer alcohol en la cárcel.
Pero Andre McKechnie argumenta que la prohibición, vigente en el estado de Victoria desde 2006, le niega el derecho a “disfrutar de su cultura como australiano”, según documentos judiciales consultados por AFP y AP.
A McKechnie se le impuso cadena perpetua por apuñalar hasta la muerte a un promotor inmobiliario en Queensland en los años 90. Cumplió parte de su condena en Queensland antes de ser transferido a Victoria.
En su demanda contra el Departamento de Justicia y Correcciones de Victoria, la agencia que gestiona las prisiones del estado, el hombre de 54 años dijo que quería que se anule la prohibición del Vegemite.
También exije que las autoridades penitenciarias declaren que “no proporcionaron alimentos adecuados para mantener [su] bienestar”.
El caso está programado para ir a juicio el próximo año, según informó AP.
Para algunos, una pasta para el desayuno muy querida, el Vegemite ha adquirido reconocimientos controvertidos desde que llegó por primera vez a los estantes de las tiendas en Australia en 1923.
Este condimento espeso y marrón, hecho principalmente de extracto de levadura, fue inventado en la capital de Victoria, Melbourne, hace más de un siglo como una alternativa a la pasta británica Marmite.
En 2022, Melbourne declaró que el olor del Vegemite que sale de una fábrica de la ciudad es un aspecto “significativo” del patrimonio cultural de la ciudad.
Sin embargo, su sabor polarizante ha hecho que figure en el Museo de la Comida Asquerosa en Suecia, junto al natto, el tofu apestoso y los sesos de mono.
El Vegemite provocó una disputa internacional en abril de este año cuando le dijeron a un dueño de un café australiano en Canadá que retirara los frascos de sus estantes porque no cumplía con las regulaciones sanitarias locales.
El Primer Ministro australiano Anthony Albanese intervino en la polémica, diciendo que era “bastante extraño” que Canadá permitiera la venta del producto rival “basura” del Vegemite, el Marmite. La agencia canadiense pronto cambió de postura y permitió que el dueño del café continuara vendiendo la pasta.
