El grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), que ha estado involucrado en una guerra de dos años con el ejército de Sudán, ha sido completamente expulsado del estado de Jartum, según informó el ejército.
“El Estado de Jartum está completamente libre de rebeldes”, dijo el ejército en un comunicado publicado por la Agencia de Noticias de Sudán.
El anuncio llega casi dos meses después de que el ejército recapturara la ciudad de Jartum, incluyendo el palacio presidencial, de sus rivales en una importante victoria.
Anteriormente, el martes, estallaron enfrentamientos entre los grupos enemigos en la ciudad de Omdurmán, que también se encuentra en el estado de Jartum y forma parte de la región capitalina.
El ejército dijo el lunes que había iniciado una “ofensiva a gran escala” en Omdurmán, según la agencia de noticias AFP.
Las RSF aún no han comentado sobre la última afirmación del ejército.
Jartum solía ser el corazón del gobierno de Sudán, pero los líderes militares del país se vieron obligados a trasladarse al este a Puerto Sudán después de que sus rivales tomaran el control de la zona.
Hasta hace poco, Puerto Sudán se consideraba relativamente seguro, sin embargo, se convirtió en el centro de una escalada de enfrentamientos cuando fue atacado por drones a principios de este mes, lo que el ejército atribuyó a las RSF.
Los ataques afectaron infraestructuras clave y provocaron escasez de agua y apagones cada vez más graves.
La guerra también ha tenido repercusiones diplomáticas, con las relaciones deteriorándose entre Sudán y los Emiratos Árabes Unidos (EAU), después de que Sudán acusara a la nación del Golfo de apoyar a las RSF, algo que estos niegan.
Esas acusaciones continuaron el martes, con Sudán afirmando que los EAU fueron responsables de un ataque a Puerto Sudán a principios de este mes, informó la agencia de noticias Reuters.
Los Emiratos Árabes Unidos han negado rotundamente las acusaciones, calificándolas de “alegaciones infundadas”.
Desde que estalló la guerra civil hace tres años, miles de personas han muerto y millones han sido desplazadas de sus hogares, creando la peor crisis humanitaria del mundo.
Tanto el ejército como las RSF han sido acusados de crímenes de guerra, algo que ambos niegan.