Article: ‘Trump-Ramaphosa Meeting Takes Unexpected Turn’
During a recent meeting between Donald Trump and Cyril Ramaphosa, Trump took a surprising stance against the South African President, drawing praise from right-wing Afrikaner groups. The Solidarity Movement, which had been lobbying the Trump administration, applauded Trump for bringing attention to South Africa’s issues on the international stage.
Ernst Roets, a prominent figure in the Afrikaner community, expressed admiration for Trump’s actions, particularly in highlighting the challenges faced by white farmers in South Africa.
While many South Africans commended Ramaphosa for his composed response to Trump’s criticisms, there was also backlash against right-wing groups for influencing US policy towards South Africa.
The meeting shed light on the diverse issues facing South Africa, including high crime rates and unemployment, with different political parties coming together to address these challenges.
Despite the tensions at the meeting, South Africans displayed unity and resilience in the face of external pressures.
Overall, the encounter highlighted the complexities of South Africa’s political landscape, with various parties and ideologies vying for influence and power.
AFP/Getty Images
El multimillonario sudafricano Johann Rupert le dijo a Trump que los habitantes de los townships de Ciudad del Cabo enfrentan algunos de los peores niveles de violencia por parte de pandillas notorias
Algunos también elogiaron al presidente sudafricano por sus tácticas, llevando a famosos golfistas afrikáneres a la reunión para desactivar las tensiones.
Cuando se le invitó a hablar, Ernie Els sacó su pasaporte sudafricano para demostrar su patriotismo, y habló de su respeto por Mandela después de lograr unir al país al final del apartheid, pero dijo que quería ver a Sudáfrica florecer con la ayuda de América.
Retief Goosen quizás avivó más el fuego, hablando de lo difícil que fue para su hermano cultivar fuera de la ciudad norteña de Polokwane, explicando cómo enfrentaba una “batalla constante” con personas que intentaban “quemar la granja y echarlo”.
Aunque terminó diciendo que a pesar de su miedo al crimen, “los chicos llevan una vida estupenda, a pesar de lo que está sucediendo”.
El multimillonario Johann Rupert, también afrikáner, señaló que la tasa de homicidios más alta en Sudáfrica estaba en los townships de Ciudad del Cabo, donde la mayoría de los residentes son negros o de color, como se les conoce a las personas de raza mixta en Sudáfrica, y están a merced de pandillas violentas.
Mientras que Zingiswa Losi, presidenta del sindicato más grande de Sudáfrica, le habló a Trump sobre la situación devastadora en zonas rurales “donde se encuentra la mayoría negra”.
“Verán a mujeres y ancianos siendo violados, asesinados, asesinados”, dijo.
Instó a las delegaciones a abordar el problema a través del comercio y la creación de empleo.
“El problema en Sudáfrica no es necesariamente sobre raza, sino sobre crimen.”
Es un sentimiento con el que la mayoría de los sudafricanos estarían de acuerdo.
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