La ministra de Economía, Rachel Reeves, ha prometido abordar el costo de la vida en el presupuesto de la próxima semana.
Escribiendo en el periódico The Mirror, reconoció que los precios altos afectan más a las familias normales y que la economía parece estancada para muchos.
Sin embargo, al mismo tiempo, se espera que suba los impuestos cuando presente sus políticas económicas el 26 de noviembre. Su objetivo es cubrir un déficit de miles de millones en sus planes de gasto.
“Cumplir nuestra promesa de mejorar la situación de la gente no es posible si no controlamos la inflación,” escribió la Sra. Reeves en The Sunday Times. “Es un prerequisito fundamental para el crecimiento económico. Es esencial para que las familias estén mejor y las empresas prosperen.”
“Existe una necesidad urgente de aliviar la presión sobre los hogares ahora. Requerirá acción directa de este gobierno para controlar la inflación.”
Dijo que sus reformas cambiarán el sistema de bienestar social, pasando de “atrapar a millones de personas en las ayudas” a uno diseñado para “ayudar a las personas a tener éxito”.
El gobierno también anunció que las tarifas de trenes se congelarán por primera vez en 30 años.
La congelación de tarifas aplica a Inglaterra y a los servicios operados por compañías ferroviarias inglesas.
Esto ahorrará a los viajeros en rutas más caras más de 300 libras al año.
Entre las medidas que se rumorean para el presupuesto está una extensión de la congelación de los límites del impuesto sobre la renta. Esto haría que más personas paguen impuestos por primera vez o que pasen a una tasa más alta a medida que sus salarios aumentan.
No obstante, la líder conservadora Kemi Badenoch dijo que la Sra. Reeves debería “tener el valor” de admitir que tal movimiento rompería la promesa del manifiesto laboral de no subir los impuestos a los trabajadores.