¿Adivina quién decidió regresar para salvar al streetwear de finales de los 2010 de su crisis de los veintitantos? Heron Preston, el hombre que convirtió los parches naranja en la insignia de estilo. Después de años viendo como su marca era absorbida por la moda corporativa, el diseñador ha recuperado oficialmente su nombre, su visión y, aparentemente, su cordura. Se siente más como una corrección que un regreso, y si este nuevo capítulo se parece a la última vez que revolucionó todo, apuesta tu bomber, que esto promete.
Cuando pienso en el lujo en su punto máximo, Preston está definitivamente en la lista, junto a Virgil Abloh, Kanye West y Matthew Williams. Ya sea por la inspiración en los uniformes del Departamento de Saneamiento de NY, la obsesión con el naranja seguridad que cegó a la industria, la etiqueta “СТИЛЬ” post-soviética que hizo que todos buscaran en ruso, o la era de los logos de la NASA (el equivalente streetwear a la obsesión alien de Brandy Melville). En resumen, la fórmula, cual fuera, Preston la dominaba.
Pero el impacto va más allá de gráficos y parches; tristemente, ningún tono de naranja te hace tan importante. Preston enmarcó la utilidad, las instituciones y la ropa de trabajo como lujo. Ayudó a convertir la estética industrial en símbolo de estatus, impulsó el streetwear a su era dorada con redes sociales al rojo vivo y tiendas concepto en destinos exclusivos, y moldeó un lenguaje visual que hizo que tanto las marcas de fast-fashion como las de alta costura pasaran años intentando seguirle el paso.
Pero hacia el final de los dorados 2010, el streetwear empezó a vestir traje. Virgil llevó la mentalidad de Off-White directamente a la moda masculina de Louis Vuitton, Supreme se vendió a VF Corp, y Preston cerró un acuerdo con New Guards Group, el holding italiano detrás de Off-White, Ambush y Palm Angels. Nombres como estos lucharían después por recuperar sus marcas, igual que Preston hizo este año. “He pasado por un infierno para proteger lo que construí. Luché por mi nombre, mi trabajo y mi visión. Ahora regreso con más propósito que nunca”, declaró a BoF.
Y, vaya, qué placer debe ser remodelar una marca que finalmente responde a su creador, y no a una junta directiva. Los primeros indicios apuntan a algo más maduro, una visión más intencional, sustentada en la cultura. Resulta que el control creativo era el verdadero lujo todo este tiempo. Menos reescribir la historia, más acertar en el futuro.