¿Acaso Quentin Tarantino ha colocado a Paul Dano en la liga alfa de los actores de cine más queridos y admirados del mundo?
Sus insultos recientes hacia Dano provocaron una oleada de elogios defensivos, con Daniel Day-Lewis, su compañero de reparto en *Habrá Sangre*, apoyándolo públicamente. Pero, ¿fue la declaración de Tarantino solo fanfarronería? ¿Terminará eligiendo a Dano para su próxima película – un giro similar a cuando Donald Trump se reconcilió con el líder norcoreano Kim Jong-un después de amenazarlo con una guerra nuclear? ¿O estamos presenciando una especie de crisis emocional de mediana edad en el corazón de uno de los directores más brillantes de su generación? Hablo como superfan con reservas.
En su reciente entrevista en un podcast con el legendario y polémico autor Bret Easton Ellis – y quizás por tanto con ganas de provocar y *épater les bourgeois* de la crítica – Tarantino reveló sus 20 mejores películas del siglo XXI. Al preguntarle por qué *Habrá Sangre* de Paul Thomas Anderson estaba solo en el puesto 5, Tarantino declaró que Dano era el problema: “[Dano] es una salsa floja. Es el hermano débil… Es simplemente un tipo muy débil y poco interesante.”
Mmm. Esta no es una evaluación precisa de Dano. Pero podría ser que los sentimientos de Tarantino sobre Anderson sean en cualquier caso más complicados que eso.
La primera mitad de su lista (los 10 primeros) es una selección casi ostentosamente normal, una lista civil de Letterboxd, en orden inverso: *Medianoche en París* de Woody Allen, *El despertar de los muertos* de Edgar Wright, *Mad Max: Furia en la carretera* de George Miller, *Unstoppable* de Tony Scott, *Zodiac* de David Fincher, *Habrá Sangre* de PTA, *Dunkerque* de Christopher Nolan, *Perdidos en Tokio* de Sofia Coppola, *Toy Story 3* de Lee Unkrich y *Black Hawk Derribado* de Ridley Scott en lo más alto. Bueno, vale. Nadie debería menospreciar a un cinéfilo conocedor como Tarantino tachando esta selección de populista – casi todas son absolutamente geniales, aunque me desconcierta la inclusión del fatal *Unstoppable* de Tony Scott.
¿Está Tarantino troleando a los “wokistas” al incluir a Woody Allen? Yo habría elegido *Blue Jasmine* de Allen. No estoy tan impresionado con los revivals de *Mad Max* de Miller como otra gente, pero sin duda son muy buenos, y *Black Hawk Derribado* de Scott es una secuencia de acción de más de dos horas increíblemente impresionante – pero, por favor, *Gladiator* de Scott es seguramente una mejor película. En cuanto a las demás: sí, absolutamente geniales – y en un tono patriótico, es agradable ver *El despertar de los muertos* de Wright, que allá a principios de los 2000 revivió el autorrespeto de la industria cinematográfica británica.
Ciertamente no es la selección hipster y oscura que uno podría esperar, especialmente después de, digamos, leer la fascinante memoria de Tarantino *Cinema Speculation*.
Los títulos más recónditos (y los no anglófonos) aparecen en los 10 puestos inferiores, en orden inverso del 20 al 11: *West Side Story* de Steven Spielberg, *Cabin Fever* de Eli Roth, *El juego del dinero* de Bennett Miller, *Chocolate* de Prachya Pinkaew, *The Devil’s Rejects* de Rob Zombie, *La Pasión de Cristo* de Mel Gibson, *Escuela de Rock* de Richard Linklater, *Jackass: La Película* de Jeff Tremaine, *Big Bad Wolves* de Aharon Keshales y Navot Papushado, y *Battle Royale* de Kinji Fukasaku.
Ese parece más el QT que conocemos y amamos. Está la obra maestra del survival-reality *Battle Royale* de Fukasaku – que Tarantino correctamente dice fue plagiada por la franquicia de *Los Juegos del Hambre* –, la película de artes marciales tailandesa *Chocolate* y el thriller de terror israelí *Big Bad Wolves*. Coincido con Tarantino en que *West Side Story* de Spielberg es genial (aunque aquí también Tarantino se muestra un poco resentido con el reparto: “No podía creer que me gustara el protagonista [Ansel Elgort] ya que no me gustó en nada más”). Me gusta su elogio al misticismo de estrella de cine de Brad Pitt en *El juego del dinero*, aunque Pitt está mucho mejor en la propia *Érase una vez en Hollywood* de Tarantino. No comparto su entusiasmo por *Cabin Fever* de Roth o el cansino *The Devil’s Rejects* de Zombie, y *La Pasión* de Gibson es un pavo no sagrado que solo sirve para las guerras culturales. *Escuela de Rock* de Linklater es muy divertida, pero solo una pose retorcida de esnobismo inverso puede ponerla ahí y no la verdadera obra maestra de Linklater, *Boyhood*.
Pero volvemos a Paul Thomas Anderson y *Habrá Sangre*; Tarantino no sería humano si no fuera consciente del estatus de PTA como rival al suyo propio y de Anderson como un cineasta que parece crear trabajo con más fluidez y productividad que Tarantino en este momento, y quizás eligió meterse con Dano en un arranque solo para bajarle los humos a PTA.
Esta lista tan intrigante y divertida, donde el comercialismo y la cinefilia se mezclan de forma tan compleja, quizás constituya de verdad la actuación de “crítico de cine” que iba a ser su película abandonada.
Entonces, ¿cómo se ve Tarantino ahora mismo? ¿Cree que le queda una gran obra maestra? Yo creo que sí. Incluso más de una, probablemente. Él ha dicho que no quiere pasar de diez películas, y ya lleva nueve, comentando que un gran maestro como Don Siegel debería haberse retirado en lo alto tras ‘Fuga de Alcatraz’ en 1979.
Pero ya es hora de que QT deje de hacer el enfurruñado en su tienda y de pronunciamientos irrelevantes en podcasts. Tarantino inventó esa idea de las diez películas; desde luego no puede parar en nueve, pero eso le genera una presión autoimpuesta enorme. Este asunto de “diez y no más” lo ha paralizado sin necesidad, y su arranque contra Dano es solo un síntoma. Mi predicción es que Tarantino optará por una adaptación, su primera desde ‘Jackie Brown’: encontrará una novela y cargará la literatura pulp con impacto y estilo. Y Paul Dano va a estar en ella.
