El gobierno del presidente Javier Milei concurre a las urnas mañana buscando el respaldo de los votantes en su peor momento. La onerosa ceremonia de suspensión de campaña a mitad de semana es sintomática del desorden que reina en el interior del oficialista Partido de Avanza La Libertad.
¿Cuáles podrían ser las consecuencias? Los resultados de los comicios de este domingo 7 de septiembre serán observados no solo por la gente de la provincia de Buenos Aires, sino por argentinos en todo el país, y además serán monitoreados de cerca por los mercados y todos los actores políticos nacionales.
Si La Libertad Avanza pierde por un amplio margen, podría desencadenar una profundización de la crisis política que enfrenta el gobierno y propiciar el surgimiento de un nuevo candidato presidencial: el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof.
Si, por el contrario, el oficialismo logra una sorpresa, obtendrá un espacio de respiración significativo para recuperarse de sus crisis actuales y tentar la posibilidad de emerger del descrédito total en el que ha caído desde la filtración de las grabaciones de audio con Diego Spagnuolo, el ex presidente de la agencia nacional de discapacidad ANDIS, que expuso un escándalo de corrupción.
Paradójicamente, un buen resultado para los libertarios parece otorgarle al Kirchnerismo y a su ala juvenil de La Cámpora una mejor oportunidad de resolver sus propias diferencias internas con el gobernador bonaerense. Tanto la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner como el presidente Milei se enfrentan entre sí, pero también comparten una causa común contra Kicillof, quien tiene todo por ganar y todo por perder al mismo tiempo.
En política o en la vida, no todos los momentos son iguales. Hay instantes que concentran variables y tensiones y donde el futuro se juega en una sola movida. Si lo dejas escapar, no volverá. Es un concepto que nos recuerda que el tiempo no es solo cantidad, sino también calidad; es lo que distingue al estratega del improvisador.
Hay mucho en juego el domingo, probablemente mucho más de lo que usualmente se juega en una elección legislativa provincial. ¿Por qué? Hay múltiples factores que se combinan para convertir estos comicios en la tormenta perfecta que podría conducir a un nuevo escenario político.
Primero, la dimensión económica. El plan financiero del gobierno tiene muchas deficiencias; básicamente, implica sostener el dólar barato para controlar la inflación mediante deuda y altas tasas de interés. Esto mantiene la estabilidad siempre que los acreedores del país confíen en que el gobierno podrá pagar y continúen prestando, ayudado por el hecho de que el ahorro argentino sigue invertido en el mercado local sin fugarse al exterior, en cajas de seguridad o bajo colchones. Cuando hablamos de “los mercados”, nos referimos específicamente a todos estos actores económicos.
El dólar barato y las altas tasas de interés matan la actividad productiva. Los préstamos que necesitan las empresas y el consumo de bienes duraderos tienen tasas cada vez más altas, y debido a esto, la economía se estanca. Además, el dólar barato y la permisividad con las importaciones significan que muchas empresas locales no pueden competir y se ven obligadas a cerrar.
Este malestar ha provocado que la popularidad del gobierno comience a resentirse. Como resultado, se abrió el frente político y la oposición comenzó a presionar por la aprobación de leyes antiajustes en el Congreso para proteger a los sectores más vulnerables.
Los mercados han comenzado a perder fe en el partido gobernante, puesto que ven que es derrotado en el Congreso una y otra vez. El gobierno de Milei ya no puede renovar su deuda pública en su totalidad, solo dos tercios en cada ronda de refinanciación. Esto ha llevado a un aumento en los encajes legales, es decir, el dinero que los bancos deben mantener en reserva, generando pérdidas en cadena.
El estado paga tasas de interés más altas y aumenta su endeudamiento, los bancos se quedan sin liquidez para prestar, mientras que empresas y familias contraen deudas con tasas más altas y no pueden pagarlas, las cuales crecen día a día. Un sistema donde todos pierden es insostenible. Es solo un puente desesperado para llegar a las elecciones, barajar y dar de nuevo, dependiendo del resultado.
El último movimiento en este frente fue una gran pérdida de credibilidad para el equipo económico dirigido por Luis ‘Toto’ Caputo, quien ordenó al Banco Central intervenir vendiendo dólares para contener el precio de la divisa antes de que alcanzara el límite superior de la banda. El gobierno de Milei se había comprometido con el Fondo Monetario Internacional (FMI) a que el BCRA no vendería dólares antes de que el tipo de cambio alcanzara los 1.400 pesos.
También es una capitulación política y teórica. En términos generales, Milei argumenta que el mercado debería autorregularse sin interferencia estatal, pero hay una creciente intervención estatal para asegurar que las variables macroeconómicas favorezcan un estado artificial de la economía y, así, permitirles aspirar a ganar elecciones. Esto es precisamente lo que Milei criticaba como la causa del problema, lo que muestra que, en lugar de pragmatismo, hay desesperación.
En este contexto, el caso de corrupción que involucra beneficios por discapacidad y que implica directamente a la hermana del presidente, la jefa de gabinete Karina Milei, plantea una pregunta muy seria. ¿Podría Milei gobernar sin su hermana si ella cayera? Según biógrafos y ex amigos que lo conocen bien, esto no sería posible: el presidente depende totalmente de ella. Esto deja al gobierno nervioso por estas elecciones y lo hace parecer desorientado.
Los eventos de los últimos días han resaltado esto. Primero, unas declaraciones a un medio francés en las que Milei dijo que el kirchnerismo iba a tratar de matarlo. “Su organización (el Kirchnerismo) implica tratar de destruir el sistema financiero, organizar manifestaciones violentas en las calles o tratar de asesinarme o, si es necesario, inventar todo tipo de aberraciones, mintiendo para tratar de desacreditarme”, dijo en una entrevista con el ex presidente francés Nicolas Sarkozy.
Milei luego partió a Estados Unidos en medio de la campaña y la crisis por las grabaciones de audio filtradas. Inicialmente, iba a viajar a Las Vegas para asistir a un espectáculo de su ex pareja Fátima Florez, algo que causó revuelo en redes sociales. Finalmente, anunció que solo viajaría a Los Ángeles, donde mantendría reuniones con líderes empresariales. Es difícil creer que viajara en un momento en el que se celebra una elección crucial para su futuro. Son pasos en falso constantes que dañan la imagen presidencial.
Del lado de la oposición, los comicios podrían dar lugar a una feroz lucha interna que se está desarrollando dentro del peronismo. Kicillof desafía a Cristina Fernández de Kirchner por el liderazgo, quien, a pesar de su condena y situación legal, sigue siendo una figura poderosa dentro del movimiento.
Una de sus disputas más visibles fue la insistencia de Kicillof en separar las elecciones de Buenos Aires de las nacionales, celebrándose las provinciales este domingo. Si el peronismo logra un resultado contundente y derrota a La Libertad Avanza por más de cinco puntos, por poner una cifra mencionada por analistas, el gobernador demostraría que tenía razón al separar las elecciones y que logró llevar al peronismo a su primera victoria significativa tras la derrota de 2023.
Si el gobernador derrota a Cristina en esta pulseada interna, se convertirá en un contendiente presidencial en Argentina. Esto requiere que Kicillof demuestre autonomía de su ex jefa política y pruebe que es lo suficientemente amplio como para formar una coalición que una a la oposición, y que no es un kirchnerista puro.
¿Podría ser esta la razón por la cual La Cámpora no está haciendo campaña en la provincia? ¿Entienden que una victoria rotunda del peronismo también es una derrota para Cristina? Estas son preguntas que deben generar suspicacias en la mente del gobernador.
Volviendo al gobierno, si surge un candidato presidencial fuerte, la crisis gubernamental se profundizará aún más, porque el apoyo a Milei se basa en gran medida en que no hay una alternativa viable al poder en este momento. No tiene a nadie a quien perder. Si esto cambia, es probable que enfrente protestas sociales, un frente legal y, como subproducto, agitación económica.
Un empate técnico, como sugirió Milei en el acto de suspensión de campaña en Tigre, significaría la derrota para Kicillof y un poco de oxígeno para el gobierno, que ya ha predicho que septiembre es su punto más bajo y que octubre, con las elecciones nacionales, podría traer una recuperación.
Por ahora, todavía puede haber una sorpresa en la elección: los votos nulos o en blanco. Estas formas de desafección política, o incluso de protesta contra todo el sistema, podrían seguir afectando al oficialismo, pero probablemente dañarían más al peronismo. Se entendería que, incluso en el peor momento del partido gobernante, el peronismo no genera suficiente confianza para que la gente vote por él.
El estratega político Jaime Durán Barba, conocido como “el gurú del presidente”, dijo que las elecciones en la provincia de Buenos Aires podrían ser una “supernova” para el sistema político.
Una supernova, en términos astrofísicos, es la crisis final de una estrella masiva cuando agota su combustible nuclear. Hasta ese momento, la estrella mantiene un equilibrio entre la gravedad que tiende a colapsarla y la presión de las reacciones nucleares que la inflan. Cuando ya no puede sostener esa lucha, el núcleo colapsa y se libera una energía colossal que expulsa las capas exteriores al espacio.
Esta crisis marca el final de la vida de la estrella como tal y, al mismo tiempo, el nacimiento de algo nuevo: los elementos pesados que se forman (hierro, oro, uranio) se dispersan y se convierten en parte de nuevas estrellas, planetas, e incluso de la vida como la nuestra. Es destrucción y creación al mismo tiempo.
En otras palabras, el domingo, el gobierno, la oposición, o quizás ambos, pueden entrar en crisis. Esto dará lugar al inicio de un nuevo momento en la política argentina.
Hay mucho en juego el próximo domingo, por lo que estamos comprometidos a mostrarles todas las variables. El poder, sin embargo, recae en los ciudadanos, quienes finalmente deciden.
