La cirugía de vesícula biliar es una de las cirugías más realizadas en todo el mundo. En los EE. UU., se realizan más de 1.2 millones de estas cirugías al año, y la razón más común son los cálculos biliares. Estos son pequeños depósitos endurecidos de líquido digestivo que bloquean el flujo de bilis, lo que lleva a un dolor intenso en la parte superior derecha del abdomen, náuseas y, en casos graves, infección o pancreatitis.
Los cálculos biliares son solo una de las razones por las que se extirpa la vesícula biliar, y si tienes curiosidad, sí, es posible vivir una vida saludable sin tu vesícula biliar. Sin embargo, hay algunos desafíos que debes superar, especialmente relacionados con tu sistema digestivo, y recordatorios importantes para recordar después de este procedimiento quirúrgico para asegurarte de que tu recuperación vaya sin problemas.
Los cálculos biliares afectan al 15% de la población de EE. UU., pero solo el 20% tendrá complicaciones o síntomas. Si los cálculos biliares se vuelven lo suficientemente grandes como para bloquear un conducto biliar, causan diferentes grados de dolor. Si no se tratan, el bloqueo podría llevar a colecistitis, o inflamación de la vesícula biliar.
Para prevenir que la vesícula biliar se rompa, debes tratar la infección con medicamentos antiinflamatorios; de lo contrario, se convierte en una amenaza para la vida, ya que causa gangrena o un absceso de la vesícula biliar. En casos graves de colecistitis, se extirpa la vesícula biliar, esto se llama colecistectomía.
La cirugía de vesícula biliar conlleva cambios digestivos importantes. Un informe reciente publicado por The Hearty Soul examinó de cerca lo que realmente experimentan las personas después de la cirugía de vesícula biliar y cómo responde el cuerpo.
