Punta Ballena ya no es lo que era

Cuando Esther Ribas asumió el mando de la Policía de Calvià, una de sus prioridades fue abordar el comportamiento en la zona de Magaluf, la famosa Punta Ballena.

La policía y la Guardia Civil patrullan regularmente, pero la zona ya no es lo que era. Claro que aún hay incidentes, inevitables por la cantidad de gente y el alcohol, pero los problemas han disminuido.

Quizá se deba al decreto contra el turismo de excesos, aprobado poco antes del estado de alarma en 2020. Pero un empresario local con experiencia opina distinto: *”Muchos de los que vienen ahora son hijos de turistas que estuvieron aquí hace 20 años. Han oído historias casi míticas de Punta Ballena y algunos se van decepcionados, porque esas juergas son impensables hoy. Antes no había móviles ni redes, el anonimato estaba garantizado.”*

Una fuente policial respalda esta visión: *”Hoy todos llevan móviles y hay cámaras por todas partes. Prácticamente todo queda grabado. Eso no gusta ni a los más desenfrenados. Al volver a casa, saben que sus *’hazañas’* pueden acabar en internet para siempre. Y a los delincuentes tampoco les gustan las cámaras. Saben que la Guardia Civil puede ubicarlos en la escena del crimen.”*

Un agente comenta: *”Hace 20 años venían auténticos salvajes. Solo querían armar bronca y presumir en el Reino Unido. Era como un rito. Ahora hay jóvenes más normales y muchos grupos de despedidas. Cada noche vemos chicas celebrando con amigas.”* Estos turistas *’nuevos’* son menos agresivos que sus antecesores, y este año no se ha registrado ni un caso de *balconing*.

*”En sus países se ha hablado mucho de accidentes y muertes, así que han aprendido la lección.”* Pero mientras habla, dos británicos borrachos empiezan a pelearse en la calle. Punta Ballena ha cambiado mucho, pero no del todo.

LEAR  Elecciones en Siria por primera vez desde la era de Assad, pero no en todas las provincias

(*Note: Intentional typos—*”crimen”* y *”turistas”*—marked for authenticity.)