Los residentes de Pollensa, opuestos a la construcción de una planta de baterías en suelo rústico, han calificado el proyecto de “totalmente inaceptable” y se muestran críticos con la falta de transparencia en torno a los planes.
Tanto los vecinos como el ayuntamiento tuvieron conocimiento de la planta únicamente tras la publicación de la información en el Boletín Oficial del dos de octubre. Ocupando una parcela de 3.000 metros cuadrados, la promotora, Atlántica Energía Sostenible España, planea instalar dieciséis contenedores con baterías de litio, cada uno con un peso de treinta y cinco toneladas.
Entre los principales argumentos de los residentes destaca la proximiddad de la planta a las viviendas, que se estima podría ser de tan solo cinco metros. Señalan la pérdida de terrenos de uso agrícola y los riesgos de incendios, contaminación y accidentes. “Estas instalaciones no tienen cabida junto a zonas habitadas o agrícolas.”
Los campos electromagnéticos, así como la contaminación acústica y lumínica, podrían tener efectos potencialmente negativos sobre la salud de las personas y la fauna local. “Se ha relacionado a los campos electromagnéticos con enfermedades graves, y el ruido y las luces afectarían al descanso y comportamiento de los animales.”
Otro punto de gran preocupación es la cercanía del Torrente de Sant Jordi, a escasos ochenta metros y en una zona con alto riesgo de inundación, algo que, de hecho, reconoce el informe medioambiental del proyecto. Los residentes temen que cualquier vertido o incendio tenga consecuencias “irreversibles” para el entorno natural.
