Los manifestantes han salido a las calles en Tanzania por tercer día consecutivo, desafiando las advertencias del jefe del ejército para que cesen las protestas.
Las manifestaciones han tenido lugar en ciudades importantes, donde jóvenes protestantes denuncian que las elecciones del miércoles fueron injustas, ya que figuras clave de la oposición fueron excluidas de competir contra la presidenta Samia Suluhu Hassan.
Sigue vigente un apagón de internet, lo que dificulta confirmar los informes sobre muertes. Las autoridades han extendido un toque de queda con el objetivo de reprimir las protestas.
La ONU ha pedido a las fuerzas de seguridad de esta nación de África Oriental que se abstengan de utilizar fuerza innecesaria o desproporcionada.
“Estamos alarmados por las muertes y lesiones ocurridas en las protestas electorales en Tanzania. Informes recibidos indican que al menos 10 personas han muerto”, dijo Seif Magango, portavoz de derechos humanos de la ONU, citando “fuentes creíbles”.
Amnistía Internacional en Kenia informó a la BBC que, con las comunicaciones interrumpidas en la vecina Tanzania, el grupo no ha podido confirmar los reportes de fallecidos.
Los hospitales del país se niegan a dar información a periodistas o grupos de derechos humanos cuando se les pregunta sobre las víctimas.
El gobierno ha intentado minimizar la escala de la violencia.
La comisión electoral ha anunciado resultados de aproximadamente 80 de las 100 regiones totales del país, según muestra la televisora estatal TBC.
Se espera que la presidenta Samia gane la votación bajo el partido gobernante Chama Cha Mapinduzi (CCM), que ha gobernado el país desde la independencia en 1961. Los resultados oficiales se esperan para el sábado.
El principal clérigo musulmán de Tanzania, Sheikh Abubakar Zubeir bin Ally, ha instado a los musulmanes a realizar las oraciones del viernes en sus hogares ante el temor de una escalada de violencia.
El jueves, el jefe del ejército, el General Jacob John Mkunda, ordenó a los manifestantes que abandonaran las calles, declarando que los militares trabajarían con otras agencias de seguridad para controlar la situación.
“Algunas personas salieron a las calles el 29 de octubre y cometieron actos criminales. Son delincuentes y estos actos deben detenerse inmediatamente”, dijo el Gral. Mkunda en la televisión estatal, añadiendo que el ejército había “controlado la situación”.
Sin embargo, los manifestantes han vuelto a salir a las calles de la capital comercial, Dar es Salaam.
En el archipiélago semiautónomo de Zanzíbar —que elige su propio gobierno y líder—, Hussein Mwinyi del CCM, quien es el presidente actual, ha ganado con casi el 80% de los votos.
La oposición en Zanzíbar declaró que hubo un “fraude masivo”, según informó la agencia de noticias AP.
Se reporta que turistas en el archipiélago están varados en el aeropuerto, con retrasos en los vuelos debido a las protestas que ocurren en el territorio continental.
Los manifestantes acusan al gobierno de socavar la democracia, ya que el principal líder opositor está en la cárcel y otra figura opositora fue descalificada de la elección, lo que aumenta las posibilidades de victoria de Samia.
Tundu Lissu, el principal líder opositor, está en prisión acusado de traición, cargos que él niega, y su partido boicoteó la votación.
El único otro contendiente serio, Luhaga Mpina del partido ACT-Wazalendo, fue descalificado por tecnicismos legales.
Dieciséis partidos minoritarios, que históricamente nunca han tenido un apoyo significativo, fueron autorizados a competir en las elecciones.
Samia asumió el cargo en 2021 como la primera presidenta de Tanzania tras la muerte del presidente John Magufuli.
Inicialmente fue alabada por suavizar la represión política, pero el espacio político se ha estrechado desde entonces, y su gobierno es acusado de perseguir a críticos mediante arrestos y una ola de secuestros.