Antes de la manifestación contra el turismo del domingo, solo quiero decir una cosa. Los turistas son más que bienvenidos en esta isla y, al fin y al cabo, hablamos de una minoría muy pequeña que no está en contra de los turistas, sino del turismo masivo, porque consideran que la isla atrae demasiados visitantes y hay una sensación de saturación.
Lo que me sorprende, sin embargo, es que poco o nada se habla del espectacular crecimiento de la población en la isla durante la última década. Esta situación también provoca aglomeraciones, ya que carreteras, hospitales y otros servicios públicos fueron diseñados cuando la isla tenía una población reducida.
Lo que me preocupa es que el mensaje de que Mallorca rechaza el turismo se ha difundido por todo el mundo. Estas protestas afectarán a las reservas; sería ingenuo pensar lo contrario. Este año, Mallorca parece estar más tranquila de lo habitual.
Aunque es pronto, sospecho que la temporada no será buena. Será mediocre. Algunos complejos turísticos aún no están totalmente abiertos, aunque ya estamos en junio. Así que, cuando veáis las fotografías en los medios o la cobertura televisiva de la marcha del domingo, recordad que es solo una minoría pequeña y que la protesta tiene más que ver con los precios de la vivienda que con el turismo.
