Proteína Única Revela Claves para Alargar la Vida Mediante la Dieta

Una sola proteína, la klotho, aumentó la esperanza de vida de ratones sanos en un 20% en un estudio publicado en Molecular Therapy.1 Además de vivir más, estos ratones también se movían mejor, pensaban más rápido y resistían el deterioro muscular, óseo y cognitivo asociado a la edad.

El envejecimiento no solo trae arrugas. Debilita los huesos, reduce la masa muscular, afecta la cognición y eleva el riesgo de enfermedades. La klotho actúa de manera distinta a cualquier medicamento o suplemento.

No se limita a tratar un síntoma; mejora cómo el cuerpo maneja el estrés, repara daños y mantiene la función de múltiples órganos. A medida que los niveles de klotho disminuyen con la edad, la capacidad de regenerar tejidos decae, la inflamación aumenta y crece el riesgo de osteoporosis, Alzheimer y fragilidad.

La klotho es una proteína producida naturalmente por los riñones y el cerebro, pero solo si llevas un estilo de vida que favorezca su producción. La buena noticia? Tus hábitos—alimentación, ejercicio, sueño e incluso tus conexiones sociales— influyen directamente en su síntesis.

Los científicos la llaman el "interruptor de la longevidad" y una de las formas más prometedoras para medir si tu estilo de vida realmente funciona. Para entender su impacto en la salud a largo plazo, analicemos los hallazgos más recientes de experimentos con terapia génica que mejoraron la movilidad, cognición y vitalidad en animales deficientes de klotho.

Una sola inyección extendió la vida y reconfiguró el envejecimiento desde adentro

El estudio de Molecular Therapy evaluó si la exposición prolongada a una forma específica de klotho (s-Klotho) podía ralentizar el envejecimiento en ratones sanos.2 Usaron un virus modificado para introducir el gen de la s-Klotho en el torrente sanguíneo y cerebro de los animales. A diferencia de otros métodos antienvejecimiento, este abordó múltiples órganos simultáneamente.

  • Mayor longevidad y envejecimiento saludable: Los ratones tratados vivieron más, pero no fue el único beneficio.3 Mostraron menos signos de deterioro: músculos más fuertes, huesos más densos y mayor actividad cerebral vinculada a memoria y regeneración.
  • Mejoras en fuerza muscular y salud ósea: En pruebas como el agarre y suspensión en barras, los ratones con klotho sobresalieron, especialmente si el tratamiento se aplicó en edad adulta. Al microscopio, sus fibras musculares eran más grandes y con menos tejido cicatricial. Tras lesiones simuladas, se recuperaban como ejemplares jóvenes.

    Los huesos también se beneficiaron. Machos tratados en mediana edad mostraron estructuras óseas más gruesas, mientras que las hembras respondieron mejor al tratamiento temprano. Análisis genéticos confirmaron mayor actividad en genes relacionados con huesos fuertes y mineralizados.

  • Resiliencia cerebral por actividad de células madre y limpieza inmunológica: La klotho aumentó neuronas maduras y mantuvo células de soporte (astrocitos). También elevó la presencia de células inmunes cerebrales encargadas de eliminar desechos proteicos, asociadas a mejor memoria y menor inflamación.
  • Efectos vinculados a menor inflamación y mejor señalización celular: La proteína bloqueó vías relacionadas con cicatrización tisular y favoreció la función mitocondrial en músculos. En el cerebro, promovió la neurogénesis y optimizó la acción de células inmunes.
  • Cambios en expresión génica ligados a longevidad: Los animales tratados mostraron mayor expresión de genes que producen colágeno óseo y menor actividad de genes vinculados a mala mineralización. En el cerebro, se activaron rutas de reparación y funciones inmunes.

    Tus hábitos diarios controlan tu "interruptor antienvejecimiento"

    Según una revisión en Metabolites, elecciones cotidianas—dieta, sueño, ejercicio y manejo del estrés—influencian directamente la producción de klotho.4 Los autores proponen usarla como biomarcador en tiempo real para evaluar si tu estilo de vida mejora tu salud a largo plazo.

  • La klotho refleja bienestar general, no solo enfermedad: A diferencia de marcadores tradicionales, sus niveles suben con hábitos saludables y bajan con los nocivos.
  • Ejercicio moderado y constante es clave: Movimiento diario (como caminar o entrenamiento de resistencia) eleva la klotho, pero el sobreentrenamiento la reduce.
  • Dieta saludable potencia su expresión: Frutas, verduras, alimentos fermentados y antioxidantes (vitaminas A, C, E, zinc, selenio) se asocian a niveles altos. La dieta mediterránea destaca, mientras que las dietas bajas en carbohidratos pueden empeorar la situación. La vitamina D y la cúrcuma también estimulan su producción.
  • Sueño, estrés y conexión social importan: Dormir menos de 5.5 horas o más de 7.5 reduce la klotho. El estrés crónico (en cuidadores o soldados) también la disminuye, mientras que la cercanía emocional la aumenta.
  • Hábitos riesgosos la perjudican: Tabaco, alcohol y cannabis tienen efectos negativos o inconsistentes. La inflamación que generan puede elevar la klotho temporalmente, pero como respuesta compensatoria, no protectora.

    La klotho es el "termostato" del envejecimiento cerebral y corporal

    Una revisión en Clinical Kidney Journal analizó su impacto en cognición, inflamación y longevidad, destacando su rol en el metabolismo del fósforo, regulación de vitamina D y vías de señalización molecular.5

  • Niveles bajos se vinculan a menor esperanza de vida y deterioro cognitivo: Ratones sin el gen klotho envejecen prematuramente. Human
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