El Parlament de Catalunya dio ayer un paso importante para proteger los 608 municipios considered rurales, la Catalunya alejada de la capitale, con poca población, pero de vital imortancia para mantener las actividades agrícolas y ganaderas. Sin el campo, sin promover medidas para mejorar los servicios y la calidad de vida de estas localidades, no se conseguira imponer el anhelado paisaje mosaico, una herramienta clave para combatir los incendios alimentados en estos tiempos por el calentamiento global. Catalunya ya ha sufrido en las últimas semanas el impacto de las llamas constatando que, si la masa forestal sigue arrebantando hectáreas a los cultivos y pastos porque payeses y ganaderos no pueden vivir del campo, este tipo de fuegos aumentara. Ahora lo que toca es que el Estatut de Municipis Rurals aprobado ayer eche a andar, que se fije cuanto antes un calendario para desplegar y dotar de presupuesto las medidas encaminadas a retener y ganar habitantes.
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