Un ciudadano estadounidense que fue detenido tras participar en la Flotilla Mundial Sumud —que intentaba llevar ayuda a Gaza— afirma que él y otros activistas sufrieron abusos y «tortura psicológica» bajo custodia israelí.
David Adler, quien fue liberado y deportado a Jordania el martes, relató que, con posterioridad a que las fuerzas israelíes interceptaran la flotilla en aguas internacionales, trasladaron a los activistas a una complejo penitenciario en el desierto del Néguev, al sur de Israel.
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«Fuimos secuestrados, desnudados, atados, con los ojos vendados y enviados a un campo de internamiento en una furgoneta policial, sin acceso a alimentos, agua ni asistencia legal», declaró. «Y durante los cinco días siguientes, de manera intermitente, fuimos sometidos a tortura psicológica».
En un mensaje de audio compartido con Al Jazeera a través del colectivo de defensa Progressive International, Adler afirmó que él y otro activista judío fueron separados y obligados a posar para una fotografía con el ministro de Seguridad Nacional israelí, Itamar Ben-Gvir.
«Tras la interceptación, nos obligaron violentamente a arrodillarnos en posturas de sumisión, momento en el que los dos judíos de la flotilla fuimos tomados de la oreja y apartados del grupo para una sesión de fotos con Ben-Gvir, frente a la bandera del Estado de Israel, siendo objeto de burlas por parte de sus matones», dijo Adler.
Describió su tiempo en detención como una «pesadilla de cinco días de series y violaciones sistemáticas de nuestros derechos más básicos».
‘Mi herencia judía lo exige’
Adler, cocoordinador general de la Internacional Progresista, añadió que las tropas antidisturbios irrumpían en la prisión con perros de ataque durante la noche para «aterrorizar y amedrentar» a los detenidos.
Su testimonio se suma a las acusaciones de maltrato a los activistas de la flotilla, entre los que se encontraba la activista climática Greta Thunberg.
La flotilla —un conjunto de más de 40 embarcaciones y 470 personas de todo el mundo— tenía como objetivo quebrar el bloqueo israelí a Gaza, el cual ha desencadenado una crisis de hambre mortal en la región.
Israel interceptó la flotilla en aguas internacionales la semana pasada, una medida que defensores de derechos humanos han calificado de ilegal.
Adler fue uno de los más de veinte ciudadanos estadounidenses del grupo y uno de los últimos en ser liberado.
A principios de esta semana, una veintena de legisladores estatales de su estado natal, California, escribieron una carta al secretario de Estado, Marco Rubio, instándole a presionar para la liberación de Adler.
Mientras navegaba cerca de Gaza la semana pasada, Adler compartió una publicación en redes sociales en la que reflexionaba sobre su identidad judía y el valor de participar en la flotilla.
«Si hay alguna parte de la Torá que aún resuene, es este mandato que nos lega: “Justicia, justicia perseguirás”. ¿Cómo podríamos permanecer impasibles mientras el Estado de Israel pervierte este sagrado imperativo, supervisando un holocausto del pueblo palestino?», escribió Adler.
«Me uní a esta flotilla como cualquier otro delegado: para defender la humanidad antes de que sea demasiado tarde. Pero en Yom Kipur siento que también estoy aquí porque mi herencia judía así lo exige».
El enviado de Trump se mofa de Adler
Según Adler, los funcionarios estadounidenses no prestaron asistencia consular alguna ni a él ni a los otros estadounidenses encarcelados por Israel.
«El cónsul general de Estados Unidos afirmó: “No somos sus niñeras. No tendrán comida, ni agua, ni dinero, ni teléfonos, ni vuelos”», relató. «“Los llevaremos directamente al aeropuerto y allí estarán solos”».
El embajador de Estados Unidos en Israel, Mike Huckabee, había reprendido personalmente a Adler, tildándolo de «idiota útil de Hamás».
Huckabee también hizo eco de las falsas afirmaciones israelíes de que la flotilla está «financiada por Hamás».
Defensores de los derechos palestinos y muchos gazatíes recibieron con beneplácito la flotilla, señalando que demuestra el poder de la ciudadanía para emprender acciones directas que auxilien a la población de Gaza, incluso si no logran arribar a las costas del territorio.
En su mensaje, Adler calificó el maltrato a los activistas como un indicador de «cuán cínicamente ha actuado el Estado de Israel en su total desprecio por el derecho internacional humanitario fundamental».
«Obviamente, soy plenamente consciente de que todo esto palidece en comparación con el trato que los palestinos soportan a diario», afirmó.
Israel mantiene recluidos a miles de palestinos detenidos, muchos de ellos sin cargos ni juicio.
Organizaciones de derechos humanos y expertos de Naciones Unidas han documentado torturas atroces y sistémicas contra palestinos en prisiones israelíes, incluyendo el uso del hambre y de violencia sexual contra los cautivos.
Israel continúa encarcelando a un adolescente estadounidense, Mohamed Ibrahim, quien fue arrestado en la ocupada Cisjordania en febrero y, según su familia, ha perdido desde entonces más de la cuarta parte de su peso corporal.
La Oficina de Prensa del gobierno israelí y el Departamento de Estado de Estados Unidos no respondieron a la solicitud de comentarios de Al Jazeera al cierre de esta edición.