Prohibición total de coches de gasolina y diésel nuevos en el Reino Unido para 2030



El Reino Unido se encuentra inmerso en una cuenta atrás definitiva para el fin de la venta de automóviles nuevos de gasolina y diésel, después de que el Partido Laborista confirmase que adelantará la prohibición a 2030—cinco años antes de lo previsto inicialmente.

El partido ha incluido este plazo acelerado en su manifiesto, estableciendo una fecha límite irrevocable para los motores de combustión tradicionales. En virtud de las nuevas normas, a partir de 2030 no se podrán vender en el Reino Unido coches nuevos de gasolina o diésel, requiriéndose que todos los turismos y furgonetas nuevos sean 100% libres de emisiones para 2035.

La Secretaria de Transporte, Heidi Alexander, afirmó que esta medida busca eliminar años de incertidumbre.
«Nuestros planes restablecerán la claridad para los fabricantes, infundirán confianza renovada a los inversores en infraestructura de carga y darán seguridad a los consumidores que contemplan hacer el cambio», declaró. «No se venderán coches nuevos de gasolina o diésel después de 2030».

No obstante, representantes del sector advierten que el tiempo apremia. Ian Plummer, Director Comercial de AutoTrader, puso de relieve el profundo escepticismo existente en la ciudadanía respecto al calendario acelerado.
«Existe una preocupación genuina de que el 80% de los consumidores duda de que el Gobierno pueda cumplir su objetivo de 2030 de prohibir la venta de vehículos nuevos de gasolina y diésel», manifestó a Birmingham Live.

La firme fecha límite de 2030 reinstaura el objetivo original establecido antes de que el ex Primer Ministro Rishi Sunak retrasase la prohibición a 2035 como parte de su postura «promotorista», una decisión que posteriormente fue revertida por el Partido Laborista, según informa Yorkshire Live.

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De mantenerse el Partido Laborista en el gobierno tras las próximas elecciones generales, la prohibición de 2030 supondrá uno de los giros más significativos hacia los vehículos eléctricos que el Reino Unido haya emprendido. De lo contrario, la fecha podría volver a estar sujeta a negociación.

A pesar de los compromisos políticos, persisten importantes preocupaciones entre la ciudadanía. Investigaciones recientes muestran una ansiedad generalizada en torno a la duración de la batería de los VE, los largos tiempos de carga y el acceso insuficiente a puntos de recarga públicos.

Se planea una expansión a nivel nacional de la infraestructura de carga durante los próximos años, pero los expertos advierten que el progreso aún está muy lejos de lo que exige el plazo de 2030. Mike Brewer, presentador de Wheeler Dealers, sugirió anteriormente que el Reino Unido podría verse obligado a un nuevo retraso.
«Tendrá que ser pospuesta hasta 2035—y el siguiente Gobierno la llevará a 2040», afirmó. «No estamos preparados. Puede que los coches eléctricos se estén incorporando a la corriente principal, pero aún representan solo alrededor del 15% de las ventas. Simplemente, no es suficiente».

Con la cuenta atrás oficialmente en marcha hacia 2030, el Reino Unido se enfrenta a una carrera decisiva y desafiante de siete años para prepararse por completo para un futuro totalmente eléctrico.