Dinamarca prohibirá los teléfonos inteligentes en los colegios para potenciar la concentración y el aprendizaje.
Crédito: Robert Kneschke, Shutterstock
A partir de 2026, los escolares daneses deberán acostumbrarse a dejar sus móviles en casa. Un amplio acuerdo respaldado por una mayoría parlamentaria convertirá tanto los colegios como las actividades extraescolares en espacios libres de móviles, en lo que los ministros califican como una medida largamente esperada para recuperar la concentración, la calma y la interacción real en las aulas.
La prohibición entrará en vigor al inicio del curso académico 2026/2027 y abarcará todas las etapas de la *folkeskole*, desde el primer grado hasta el décimo. En lo que respecta al cuidado extraescolar, la norma se aplicará hasta el tercer grado.
Por qué Dinamarca prescinde de los teléfonos en los colegios
Los partidarios de la medida argumentan que se trata de dar a los niños la oportunidad de concentrarse y estar presentes, sin la atracción constante de las pantallas. El Ministro de Educación, Mattias Tesfaye, fue contundente:
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«Los teléfonos móviles en los colegios y en las actividades extraescolares generan interrupciones y estrés en la vida cotidiana de los niños. Me complace que ahora estemos abordando esto para poder centrarnos en lo que realmente importa: el aprendizaje, la comunidad y la tranquilidad.»
Las normas no solo cubren los teléfonos inteligentes, sino cualquier dispositivo privado con acceso a internet. Los ordenadores portátiles y las tabletas proporcionados para la enseñanza seguirán permitiéndose, y se contemplarán excepciones por necesidades médicas. Por ejemplo, los niños con diabetes podrán seguir utilizando sus teléfonos para monitorizar el azúcar en sangre, y los alumnos con dislexia u otras dificultades de aprendizaje mantendrán el acceso a las herramientas digitales.
Redes sociales, videojuegos y *streaming* serán bloqueados
Los cambios van más allá de la prohibición de los móviles. A partir de 2026, los colegios también estarán obligados a bloquear los sitios web no vinculados al aprendizaje, incluidas las plataformas de redes sociales, videojuegos, *streaming*, apuestas y compras.
Se pondrán a disposición nuevas herramientas de filtrado para que los colegios puedan cortar el acceso a sitios que distraigan en sus redes Wi-Fi. La idea es respaldar la prohibición de los móviles con una capa adicional de protección contra las distracciones digitales.
Al mismo tiempo, el gobierno insta a los colegios a replantearse el tiempo frente a la pantalla en su conjunto, fomentando una enseñanza más tradicional y analógica para los niños más pequeños con el fin de ayudar en la concentración y las habilidades sociales.
Un debate prolongado en Dinamarca
La medida no surge de la nada. Los colegios sin móviles llevan años en la agenda política. A principios de 2025, una comisión de bienestar designada por el gobierno recomendó que todas las escuelas primarias deberían prescindir de los móviles, citando la creciente preocupación por la capacidad de concentración de los niños.
Una encuesta del Ministerio de Educación en 2024 reveló que más de uno de cada tres alumnos en los grados 6 y 8 se sentía distraído por los dispositivos digitales en clase, a pesar de que el 84% de los colegios ya contaban con sus propias normas sobre teléfonos móviles.
Sin embargo, no todo el mundo está a favor. La Asociación Danesa de Directores de Colegios ya había criticado anteriormente la idea de una prohibición a nivel nacional. Su presidenta, Dorte Andreas, argumentó que la mayoría de los colegios ya disponían de políticas al respecto, y que una ley impuesta desde arriba elimina la flexibilidad de que cada centro decida lo que mejor funciona para sus alumnos.
Próximos pasos
A pesar del debate, la nueva ley cuenta con un amplio respaldo político, tanto del gobierno como de los partidos de la oposición, lo que la convierte en una de las reformas educativas más significativas de los últimos años.
A partir de 2026, las juntas escolares y las asociaciones de padres estarán legalmente obligadas a redactar sus propias políticas locales, basándose en un marco nacional. Los colegios dispondrán de cierta libertad para decidir cómo se gestionan las excepciones, pero el mensaje es claro: el uso cotidiano del móvil en los colegios ya no estará permitido.
Dinamarca está dando así uno de los pasos más audaces en Europa para limitar los teléfonos inteligentes en la educación. Sus defensores creen que dará a los niños el espacio para aprender, concentrarse y socializar sin el zumbido constante de las notificaciones. Los críticos consideran que existe el riesgo de que sea demasiado rígida.
En cualquier caso, las aulas de toda Dinamarca están a punto de cambiar mucho: serán más silenciosas, más tranquilas y, quizás, un poco más a la antigua usanza.
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