El primer ministro francés, Sébastien Lecornu, ha declarado en el parlamento que está a favor de suspender la controvertida reforma de las pensiones de 2023. Esto ocurre ante cruciales votos de censura que se producirán a finales de esta semana.
Los cambios, que aumentaron la edad de jubilación de 62 a 64 años, fueron vistos como una reforma emblemática de la presidencia de Emmanuel Macron.
“Este otoño propondré al parlamento que suspendamos la reforma de pensiones de 2023 hasta las elecciones presidenciales de 2027,” dijo Lecornu entre aplausos de los partidos de izquierda.
Lecornu fue renombrado primer ministro la semana pasada, solo cuatro días después de su dimisión, y necesita el apoyo de los diputados socialistas en el parlamento para que su gobierno sobreviva.
Los partidos de la oposición de extrema derecha y extrema izquierda han convocado votos de confianza, conocidos como mociones de censura, para el jueves por la mañana y exigen elecciones legislativas.
Los socialistas dijeron que estarían dispuestos a apoyar al nuevo gobierno, pero solo si promete una suspensión completa de los cambios en las pensiones de Macron.
“Si no dice explicitamente las palabras ‘suspensión inmediata y completa de la reforma de las pensiones’, será censura,” declaró el diputado socialista Laurent Baumel anteriormente en la televisión francesa.
“Él tiene su destino en sus propias manos. Sabe qué tiene que hacer si no quiere ser el primer ministro que dimite cada semana.”
La reforma finalmente fue aprobada en el parlamento en marzo de 2023, menos de un año después de que Macron fuera elegido para un segundo mandato presidencial.
Hubo meses de debate político, huelgas y protestas callejeras, y al final el proyecto de ley tuvo que aprobarse sin una votación parlamentaria utilizando un mecanismo constitucional conocido como el 49.3.
La semana pasada, Lecornu dijo que muchos franceses recuerdan eso como una “herida en la democracia”.
El martes, dejó claro a los diputados que suspender la reforma de pensiones costaría 400 millones de euros en 2026 y otros 1.800 millones adicionales en 2027. Esto tendrá que ser “compensado con otros ahorros,” afirmó Lecornu.
Lecornu es el tercer primer ministro de Francia en el último año, e incluso si sobrevive, necesita aprobar un presupuesto en el parlamento que reduzca un déficit que se dirige al 5,4% del PIB este año.
La deuda pública de Francia a principios de este año era de 3,4 billones de euros, o casi el 114% del PIB, la tercera más alta de la eurozona después de Grecia e Italia.
Lecornu ha sido uno de los aliados más leales de Macron, así que su decisión de echar marcha atrás en una reforma tan contestada muestra lo keen que está el presidente por evitar más agitación.
Philippe Aghion, a quien se le otorgó el Premio Nobel de Economía 2025 el lunes, dijo anteriormente que también apoyaba una suspensión de la reforma de pensiones, porque su costo aún sería menor que la inestabilidad que seguiría a otro colapso gubernamental.
