El asediado primer ministro de Francia ha manifestado su respaldo a suspender la reforma del sistema de pensiones hasta después de las elecciones presidenciales de 2027, en un intento por poner fin a la agitación política que ha sacudido al país durante meses.
El primer ministro Sebastien Lecornu, de 39 años, anunció este martes que apoya pausar la impopular reforma que elevó la edad de jubilación de 62 a 64 años, con la esperanza de asegurar los votos necesarios para superar dos mociones de censura.
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“Propondré al parlamento este otoño que suspendamos la reforma de pensiones de 2023 hasta las elecciones presidenciales. No habrá ningún aumento en la edad de jubilación desde ahora hasta enero de 2028”, prometió ante los legisladores durante su intervención política, accediendo así a una petición clave de los socialistas, un grupo indeciso en el parlamento crucial para la supervivencia de su gobierno.
El presidente Emmanuel Macron convirtió en ley la medida para aumentar la edad de jubilación, una reforma económica emblemática que se erigió en el mayor desafío interno de su segundo mandato, al enfrentarse a una oposición popular generalizada y a un desplome en su popularidad personal.
Cientos de miles de personas protestaron contra el cambio en 2023 en pueblos y ciudades de todo el país.
Lecornu se ha enfrentado a una ardua batalla desde su nombramiento como primer ministro a principios de septiembre. En el momento de su proclamación, era el quinto primer ministro en menos de dos años y se enfrentaba a profundas divisiones políticas y a una elevada carga de deuda.
Él presentó finalmente su dimisión a principios de octubre, lo que agravó la prolongada crisis política del país. Macron volvió a nombrar a Lecornu como primer ministro la semana pasada.
Lecornu se enfrenta a dos mociones de censura presentadas por los partidos de extrema izquierda Francia Insumisa y de extrema derecha Agrupación Nacional. Ambos partidos no cuentan con escaños suficientes para derrocar al gobierno por sí solos, pero el primer ministro podría ser destituido si el Partido Socialista se uniera a ellos.
El líder de los socialistas en la Asamblea Nacional afirmó que la decisión de suspender la reforma de las pensiones supone un triunfo para la izquierda.
Boris Vallaud no declaró explícitamente si su partido votaría en contra de las dos mociones de censura esta semana, pero afirmó creer en el debate parlamentario y que se aseguraría de que las promesas del primer ministro se materializaran en acciones concretas.
Cyrielle Chatelain confirmó el martes que el partido de Los Verdes de Francia apoyará una de las mociones de censura.
Previamente el martes, Macron había advertido de que cualquier votación que derrocara al gobierno de Lecornu le obligaría a disolver el parlamento y convocar elecciones.
Francia, la segunda economía más grande de la eurozona, enfrenta una profunda conmoción económica mientras Lecornu lucha por mantener con vida su gobierno el tiempo suficiente para aprobar un presupuesto de austeridad a finales de año. Durante un discurso el jueves, advirtió que suspender la reforma de las pensiones costaría aproximadamente 400 millones de euros (464 millones de dólares) en 2026 y 1.800 millones de euros (2.100 millones de dólares) el año próximo, debiendo compensarse dicha cantidad con ahorros.
El ratio de deuda de Francia con respecto a su producto interno bruto es el tercero más alto de la Unión Europea, por detrás de Grecia e Italia, y se acerca al doble del límite del 60 por ciento establecido por las normas de la UE.
Francia ha sido sacudida por protestas en los últimos meses. En septiembre, la campaña “Bloquearlo Todo” desencadenó una ola a nivel nacional de protestas antigubernamentales que llenaron las calles de barricadas en llamas y gases lacrimógenos, mientras los manifestantes expresaban su rechazo a los recortes presupuestarios y a la inestabilidad política.
En octubre, alrededor de 195.000 personas, incluyendo 24.000 en París, participaron en otra jornada de huelgas a nivel nacional convocadas por los sindicatos franceses. Las protestas surgieron por el rechazo generalizado hacia un presupuesto de austeridad que el gobierno ha estado intentando aprobar en el parlamento.
