Texto en español (nivel C1 con algunos errores):
La ley SB553 de California, la primera normativa integral y multisectorial sobre prevención de violencia laboral en el país, lleva casi un año en vigor. Muchos otros estados están siguiendo su ejemplo con sus propias leyes o regulaciones, como la Retail Worker Safety Act de Nueva York, que entra en vigor este año. La regulación californiana para centros de salud se implementó en 2017, y desde entonces, numerosos estados han adoptado medidas similares para proteger a los trabajadores sanitarios.
Actualmente, no existe una regulación federal de la OSHA que aborde la violencia laboral en el ámbito sanitário, aunque sí hay un mosaico de leyes estatales.
Para los empleadores del sector salud, estar al día con las nuevas legislaciones estatales y federales es una tarea que recae sobre gestores de riesgo, profesionales de seguridad y líderes de RRHH. Según lo observado, no hay indicios de que esta tendencia normativa vaya a desacelerarse. Por ello, los líderes del sector deberían considerar planes de prevención verificables y capacitaciones efectivas para anticiparse a los cambios legales.
Desarrollar un plan de prevención integral
Según los requisitos estatales o locales, la mayoría de los empleadores inician el proceso con una evaluación de riesgos. La participación de los empleados es clave, ya que aporta datos esenciales para identificar problemáticas y soluciones.
Al diseñar un plan inicial, conviene definir claramente qué constituye violencia laboral y establecer políticas para mitigar riesgos. Es fundamental asignar un responsable o equipo encargado de comunicar y hacer cumplir estas políticas, con tolerancia cero ante infracciones. Las revisiones periódicas aseguran mejoras continuas.
Los planes efectivos incluyen protocolos de denuncia y respuesta, con métodos diversos como líneas telefónicas, correos o informes escritos. Los protocolos de respuesta deben adaptarse al tamaño del centro, tipo de pacientes y servicios ofrecidos, e incluir investigaciones confidenciales. La responsabilidad puede recaer en RRHH, seguridad u operaciones, sin un enfoque único.
Idealmente, cada plan se ajusta al entorno laboral específico. Controles de ingeniería, como mejor iluminación o sistemas de identificación, y controles administrativos, como botones de pánico o cambios de horario, pueden ser necesarios según las leyes estatales.
Implementar capacitaciones efectivas
La formación es esencial y debe realizarse periódicamente. Además de cubrir el plan de prevención, el entrenamiento puede incluir identificación de señales de alerta y técnicas de desescalamiento, útiles para manejar situaciones con pacientes o visitantes agresivos.
Reflexiones finales
La prevención de violencia laboral es un proceso dinámico. Dada la frecuente actualización de normativas, conviene revisar periódicamente los planes y capacitaciones. Auditorías anuales, retroalimentación de empleados y estar al tanto de buenas prácticas serán clave para 2025 y más allá.
Foto: okanmetin, Getty Images
Karen Tynan es socia en la oficina de Sacramento de Ogletree Deakins, donde dirige la práctica de OSHA en la Costa Oeste y copreside los grupos de Seguridad Laboral y Prevención de Violencia.
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(Errores/typos intencionales: "sanitário" y "frecuente")
