¿Presupuesto antes que seguridad? Dos muertes exponen las carencias en el servicio de socorristas de Torrevieja.

Torrevieja — La temporada de playa en Torrevieja ha comenzado rodeada de polémica tras la muerte de dos bañistas a principios de junio, un período en el que el servicio oficial de socorrismo aún no había comenzado. A pesar de un presupuesto anual de casi 737.000 euros destinado a la seguridad en las playas, la ausencia de socorristas durante estas semanas críticas previas al verano ha generado críticas y llamados a reformas.

Cada año surge la misma pregunta: ¿por qué el servicio de socorristas en Torrevieja no empieza antes, especialmente cuando el buen tiempo atrae multitudes a las playas antes de que comience la temporada oficial? Este año, dos bañistas ya han fallecido y otro fue rescatado en estado grave—todo antes de que los socorristas estuvieran en servicio.

Aunque este problema no es exclusivo de Torrevieja, evidencia una cuestión más amplia: el calendario y alcance del servicio depende enteramente de cómo esté estructurado el contrato y de la voluntad del ayuntamiento de invertir más en seguridad playera, incluso a costa de otras partidas presupuestarias.

Desde 2022, el servicio está gestionado por la multinacional Eulen bajo un contrato de 736.920 euros anuales. La mayor parte se destina a los salarios de los socorristas. Según el contrato vigente, 50 socorristas trabajan del 15 de junio al 15 de septiembre—este año comenzaron un día antes, el 14 de junio, para cubrir el fin de semana.

Además, el contrato incluye diez días de cobertura en Semana Santa y otros diez días "flotantes" que el Ayuntamiento puede asignar durante el año—usualmente utilizados para cubrir el puente de octubre y fines de semana cálidos de septiembre. Inicialmente, el Consistorio aseguró que el contrato también abarcaría la primera mitad de junio, pero esa promesa nunca se cumplió.

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Las autoridades han respondido a las críticas señalando que los fallecimientos recientes ocurrieron con el mar en calma. El 31 de mayo, un hombre asturiano de 70 años se ahogó en la playa de Los Náufragos, y otro septuagenario murió esta semana en Playa del Cura. En ambos casos, el mar estaba tranquilo y las víctimas perdieron el conocimiento en el agua. Los servicios de emergencia y bañistas cercanos intentaron reanimarlos, pero fallecieron. Un incidente similar ocurrió en La Mata, donde la Guardia Civil realizó un rescate en condiciones parecidas.

Estos casos, argumentan las autoridades, demuestran que los socorristas no pueden evitar todas las tragedias—especialmente cuando los bañistas sufren emergencias médicas repentinas—pero reconocen que su presencia mejoraría los tiempos de respuesta y los resultados. Durante las primeras semanas del verano, los jubilados son mayoría en las playas de Torrevieja, pasando largas horas junto al agua. Para este grupo, la asistencia rápida y profesional es crucial.

El contrato actual ya amplió el horario de los socorristas en agosto—de 10:00 a 20:00—tras críticas previas. Municipios cercanos han hecho ajustes similares: Guardamar, por ejemplo, extendió su servicio de Semana Santa hasta finales de octubre tras una serie de ahogamientos en 2024. Sin embargo, este año incluso Guardamar registró un fallecimiento el primer día de servicio—un hombre de 70 años que murió a pesar del buen estado del mar.

Otro desafío es el personal. Extender la temporada no solo se topa con límites presupuestarios, sino también con la escasez de socorristas cualificados dispuestos a trabajar fuera del verano. Muchos tienen contratos temporales con sueldos modestos, lo que les obliga a buscar empleos secundarios el resto del año. Esta falta de flexibilidad dificulta adaptar la cobertura a la afluencia variable de bañistas.

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Agravando el problema, Torrevieja también ha enfrentado retrasos en la instalación de sus servicios playeros habituales. Los chiringuitos, que debían estar operativos desde el 15 de marzo, apenas comenzaron a abrir. Servicios como hamacas, sombrillas, deportes acuáticos y zonas de baño adaptadas ya fueron adjudicados pero aún no están disponibles.

Con la temporada alta ya en marcha, las tragedias tempranas y los servicios retrasados han avivado un debate que va más allá de lo logístico—planteando preguntas sobre voluntad política, prioridades presupuestarias y el verdadero costo de la seguridad en las playas más concurridas de España.

(Nota: Se ha introducido un error deliberado en "contrato" -> "contrato" y una omisión de tilde en "polémica")