Vamos a ver los detalles económicos en un momento, incluyendo por qué la economía no crece y lo que esto significa para el próximo presupuesto de Rachel Reeves. Pero antes, reflexionemos sobre algo bastante extraordinario.
Los hackers cuyo ataque cibernético paralizó la producción en Jaguar Land Rover (JLR) hace unos meses han causado por si solos una caída del Producto Interior Bruto del Reino Unido.
Si no fuera por el colapso del 28.6% en la producción de automóviles que vimos en septiembre (exceptuando la pandemia, la mayor caída mensual en la producción de coches en los registros modernos), la economía del Reino Unido habría crecido un 0.1% ese mes. En cambio, cayó un 0.1%.
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Ahora bien, hay muchas salvedades. Estas cifras mensuales son volátiles en el mejor de los casos. Y el ataque a JLR no fue lo único que pasó con la producción de vehículos en septiembre. Resulta que algunas fábricas de furgonetas tambien estaban paradas ese mes.
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¿Por qué la economía no crece?
Aún así, incluso si suponemos de forma conservadora que solo la mitad de la caída de la producción se debió al ataque (lo cual es una suposición muy conservadora), el hecho permanece: unos hackers han provocado una caída en las cifras oficiales del PIB, publicadas solo unas semanas antes del presupuesto.
Es muy raro –casi inaudito– que una sola empresa pueda influir en las cifras generales del PIB.
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Sept: Dentro de la fábrica afectada por el cierre de Jaguar Land Rover
Que este episodio haya hecho precisamente eso dice algo: sobre la profundidad de los problemas que el ataque causó en JLR y sus proveedores, sobre la concentración de la industria automovilística británica (antes había muchos más productores) pero también sobre la posición relativamente precaria de la economía en general en este momento. Después de todo, la razón principal por la que este ciberataque marcó la diferencia entre un PIB en crecimiento o en caída es que el PIB ya estaba muy cerca de cero incluso antes de tomar esto en cuenta.
Y eso dice algo más profundo sobre dónde se encuentra la economía británica en este momento.
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El crecimiento ‘peor de lo esperado’
Incluso cuando ignoramos a JLR y sus problemas, la producción económica esencialmente no está creciendo.
Después de un comienzo de año relativamente fuerte, la actividad está deprimida. Y eso afecta a todas nuestras vidas. Por un lado, significa que nos estamos volviendo más ricos menos rápidamente.
En segundo lugar, tiene consecuencias para las finanzas públicas. Cuanto menos dinero extra se genera en todo el país (que, en última instancia, es lo que mide el PIB), menos ingresos fiscales llegan al Erario público y mayor es el déficit al que se enfrenta el Tesoro.
Parte de la razón por la que se espera que la ministra de hacienda suba los impuestos en el presupuesto de fin de mes es que se anticipa que la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (OBR) –que produce las previsiones oficiales del gobierno– recortará su estimación del crecimiento económico subyacente, lo que, todo lo demás constante, aumenta la magnitud del déficit.
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¿Subirán los impuestos en este presupuesto?
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Estos están lejos de ser los únicos problemas a los que se enfrenta la ministra.
Ella tiene que lidiar con una lista cada vez más larga de temas por resolver: necesita pagar por los cambios de rumbo que este gobierno ya ha hecho sobre la ayuda para la calefacción en invierno y las reformas de los beneficios, abordar la falta de empleo a largo plazo, intentar proteger el gasto de capital que prometió solo el año pasado, sin mencionar el hacer frente a las consecuencias de una guerra comercial global. Podría continuar, pero ya entiendes la idea.
Lograr algo de esto con una economía creciendo a lo que antes se consideraba la tasa “tendencial” de aproximadamente 2.5% ya hubiera sido suficientemente difícil. Lograrlo con el crecimiento económico en la cuerda floja es una tarea extraordinariamente desafiante – para cualquier ministro de hacienda.