Podría resultar sorprendente, pero las Auroras Boreales ya no están confinadas a las regiones árticas. Aunque tradicionalmente son raras en latitudes medias, las auroras han aparecido ocasionalmente en el sur de Europa durante períodos de excepcional actividad solar.
En mayo de 2024, una potente tormenta geomagnética transformó los cielos de Mallorca y de otras partes de España en un vívido espectáculo de colores verdes, rosas y violetas; un evento que no se observaba en España desde 2003.
Dicho fenómeno fue propulsado por lo que los científicos denominan una “tormenta solar caníbal”. Cuando el Sol libera dos eyecciones de masa coronal en rápida sucesión, la segunda eyección, más veloz, alcanza a la primera, liberando una gran cantidad de energía. Esto energiza las partículas en la atmósfera terrestre, produciendo auroras visibles lejos de los polos. En los eventos más intensos, el óvalo auroral puede extenderse hacia el sur hasta la Península Ibérica, convirtiendo el cielo nocturno en un raro espectáculo celeste.
Las auroras son poco comunes en España, pero la tormenta de mayo de 2024 atrajo a miles de fotógrafos cuando cielos magenta y verdes aparecieron por todo el país. La AEMET reportó un índice Kp de 8, suficiente para su visibilidad a simple vista.
De cara al futuro, los astrofísicos señalan que el próximo pico del ciclo solar actual, previsto entre 2025 y 2026, podría deparar nuevas exhibiciones. Los expertos aconsejan mantenerse atentos a las alertas geomagnéticas cuando el índice Kp supere el 7. De darse las condiciones adecuadas, algunas zonas de España podrían convertirse en lugares de observación privilegiados, siempre que se disponga de cielos despejados y una mínima contaminación lumínica.